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La coeducación en la República como obra de la masonería y el antipatriotismo según la F.A.E

La F.A.E. fue la Federación de Amigos de la Enseñanza, creada en el año 1930 por el padre Pedro Poveda, fundador de la Institución Teresiana, el padre marianista Domingo Lázaro y el jesuita Enrique Herrera Oria. En la Segunda República se dedicó con energía a defender los centros de educación católicos y, en general, la educación católica frente a la secularización de la enseñanza establecida en la Constitución de 1931 y en la consiguiente legislación educativa. En 1957, ya en la dictadura franquista, pasó a ser la FERE.

En 1934 publicó una nota cargando contra la coeducación, un principio establecido con las reformas educativas del primer Bienio, acudiendo al ministro de Instrucción Pública para que eliminase la misma.

La Comisión Técnica de dicha organización educativa católica quería llamar la atención a las autoridades sobre la supuesta propaganda sistemática que se hacía en España para desmoralizar a la juventud. Al parecer, a la misma le llegaban quejas de los centros en los que se había impuesto la coeducación, y que dicha Comisión consideraba como muy alarmantes.

Era ya el sexto ministro de la República a quien acudían los católicos con “energía y urgencia” para que se arreglase dicho asunto, pero consideraban que había en el Ministerio o detrás del mismo quien tenía interés en desmoralizar a los niños y, sobre todo, a las niñas.

La FAE informaba que no tendría más remedio que promover una intensa campaña de propaganda para pedir la reorganización del Ministerio, sobre todo en las oficinas técnicas que tenían abandonado al país, siempre según la opinión de la Comisión. El Ministerio debía saber el supuesto malestar que había en los centros oficiales de Segunda Enseñanza o Institutos y en las Normales. El ministro sabía, como lo sabía dicha organización, que era la Masonería la que estaba interesada en imponer la coeducación, y que era fruto de una campaña antipatriótica que desde el extranjero se hacía para debilitar y destruir “la raza española”.

Por eso pedían al ministro que terminase cuanto antes con el que calificaban de “atropello bárbaro”, y que se estaba cometiendo con los niños y las niñas en la edad de la pubertad. Se aludía al hecho de que los técnicos ingleses de Oxford se escandalizarían de lo que se hacía con los niños y niñas españoles, y que en Inglaterra en la segunda enseñanza se les separaba. Esa alusión tenía que ver con el hecho de que el ministro Salvador de Madariaga conocía bien la realidad educativa británica y, por consiguiente, la empleaban en su argumentación.

Pero, además, se dirigían también al ministro de Comunicaciones sobre la coeducación que se intentaba imponer en el Hogar Escuela de Huérfanos de Correos.

Así pues, sentada la supuesta maldad de la coeducación, para la escuela católica eran la masonería y el antipatriotismo los causantes de la misma.

–Hemos trabajado con el número 614 de Miróbriga: Semanario católico, de abril de 1934.

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