Cristina Pérez murió hace dos meses y EL PAÍS publicó su historia. La congregación afirma que parte de su testimonio es una invención de su hermana, a quien la afectada designó como representante, pero dos grabaciones desmontan este discurso
El día que Cristina Pérez murió repentinamente a los 57 años en el hospital estadounidense de Minot, en Dakota del Norte, se marchó sin recibir la carta de perdón que desde hacía un año la orden de los marianistas le había prometido. Tampoco recibió la reparación económica por los abusos que sufrió en Madrid a manos del sacerdote Juan Carlos González de Suso durante los años setenta. Falleció este septiembre con el único alivio de que, al menos, la congregación religiosa le subrayó que daba credibilidad a su relato y que su proceso de reparación avanzaba a pesar de que su agresor falleció en 2014. Dos meses después de su partida, la orden ha cambiado de parecer.