La visita del Pontífice a Bélgica, clausurada este domingo con una misa en el estadio nacional, ha estado marcada por la sombra de la pederastia en el seno de la Iglesia católica
El papa Francisco ha vuelto a salirse este domingo del guion para hablar de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica, la cuestión más espinosa que ha tenido que afrontar durante su visita de algo más de tres días a Bélgica y que ha concluido con una misa masiva en el estadio nacional Rey Balduino, en Bruselas. Un momento que el Pontífice ha aprovechado, de nuevo improvisando durante su homilía, para reclamar que los casos de pederastia sean “denunciados” y “juzgados” a todos los niveles.
“En la Iglesia no hay lugar para los abusos ni para la ocultación de los abusos”, ha dicho el papa Francisco ante unos 40.000 asistentes, que han estallado en uno de los aplausos más sonoros de la homilía al escuchar sus palabras sobre uno de los temas que más han planeado durante su visita a Bélgica, uno de los primeros países que destapó esta lacra silenciada durante décadas por la cúpula religiosa.
“Se lo pido a todos: ¡No cubráis los abusos! Le pido a los obispos: ¡No cubráis los abusos! Condenad a los que abusan y ayudadles a curarse de esta enfermedad que son los abusos”, ha dicho el Pontífice, que también ha instado a los religiosos a denunciar y llevar a la justicia a los pederastas. “El mal no puede ser ocultado, debe ser revelado, conocido (…) Que se sepa. Y que el agresor sea juzgado, ya sea laico, sacerdote u obispo: que sea juzgado”, ha recalcado.
La cuestión de los abusos sexuales ha dominado la primera visita de un papa a Bélgica en casi 30 años. El viernes, en su primera alocución, ante las autoridades belgas y los reyes Felipe y Matilda, presentes también este domingo en la misa final, Francisco ya se salió de su discurso preparado y admitió que los abusos sexuales a menores son “la vergüenza y la humillación de la Iglesia”, que “debe pedir perdón y buscar cómo resolver esta situación con humildad cristiana, además de hacer todo lo posible para que esto no vuelva a suceder”.
Ese mismo día, el papa Francisco se reunió discretamente durante dos horas con 17 víctimas de abusos sexuales de religiosos en el país, a las que ha aludido este domingo: “He escuchado los sufrimientos” de las víctimas, ha asegurado.
Estas, no obstante, han reclamado insistentemente más gestos y acciones, algo que también le pidió el primer ministro en funciones, Alexander De Croo, el viernes: “Las palabras ya no bastan. Hacen falta medidas concretas: las víctimas deben ser escuchadas, deben estar en el centro. Y tienen derecho a la verdad. Las atrocidades deben ser reconocidas y se debe hacer justicia”, reclamó.
En una “carta abierta universal de víctimas y sobrevivientes de abusos sexuales en la Iglesia Católica al papa Francisco”, firmada por 115 víctimas de los abusos en la Iglesia, mayoritariamente belgas, estas también le pedían que hable “abiertamente” de los abusos y de la responsabilidad de la Iglesia: “¿No sería admirable que su viaje a Bélgica pasara a la historia como el momento decisivo en el cual el Jefe de la Iglesia Católica se dirigió a todas las víctimas de todos los países y reconoció la culpabilidad?”, señalan los firmantes, que además le reclaman medidas concretas, como “emitir un mandato a todos sus obispos, en el mundo entero, para que promuevan iniciativas en profundidad en sus diócesis sobre los crímenes pasados y presentes”.
También le piden “reforzar la prevención educando y formando a todo el clero para que las personas (víctimas, testigos y perpetradores) se animen a hablar por propia voluntad”, así como “introducir un sistema universal de reparaciones, garantizado y aplicado por un organismo internacionalmente reconocido e independiente de la Iglesia”, abordar la cuestión del “celibato obligatorio” y “establecer un lugar conmemorativo dedicado a todas las personas sobrevivientes en un lugar accesible en la Plaza de San Pedro en Roma”.
Afrontar los abusos largamente silenciados por la Iglesia no ha sido el único momento incómodo de la visita papal. El Pontífice fue interrogado en varias ocasiones sobre la comunidad LGTBI+ en la Iglesia y el lugar de las mujeres en la misma. La Universidad Católica de Lovaina celebró el sábado junto con el jefe de la Iglesia católica sus 600 años, en una ceremonia donde jóvenes estudiantes le presentaron una carta común con las “preocupaciones” de la juventud en materia de la mujer, los derechos de los vulnerables o el cambio climático. En un gesto inusual, la institución educativa emitió un comunicado tras la respuesta del Pontífice “deplorando las posturas conservadoras del papa Francisco sobre el lugar de la mujer en la sociedad”.