El Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio ha ordenado asimismo la eliminación de cerca de 30.000 CD con “películas inmorales” en el marco de una campaña contra la música.
Los talibanes han librado durante el último año una particular batalla contra decenas de expresiones culturales para acabar con el “vicio” en Afganistán. Con este propósito el Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio ha ordenado en lo que llevamos de 2024 la destrucción de más de 21.000 instrumentos musicales, así como cerca de 30.000 CD con “películas inmorales”.
Se trata de una campaña contra la música enmarcada dentro de las múltiples restricciones hacia las libertades del pueblo afgano desde que los talibanes llegaron al poder, en línea con lo que dicta la sharia o ley islámica. Así, Sheikh Muhibullah Mukhlis, portavoz del mencionado Ministerio, ha alabado la suspensión de 25.000 trabajadores del sector de las comunicaciones por distribuir cintas “vulgares“.
La prohibición de todo tipo de música en el país ha llevado incluso al Gobierno afgano a ordenar la decapitación de maniquíes y a visitar decenas de miles de restaurantes, salas de bodas y hoteles para asegurarse de que no sonara la música en sus salas. En estos espacios se empleaban de manera habitual instrumentos como el timbal, la guitarra o el rabab (similar al laúd). Ya en el anterior régimen talibán de entre 1996 a 2001, el Ejecutivo afgano prohibió la música e impuso castigos a quien ejerciera este oficio, lo que provocó el exilio de muchos artistas profesionales.
No obstante, las críticas de la comunidad internacional hacia las severas leyes de los talibanes, fruto de la interpretación estricta de la ley coránica, se han centrado fundamentalmente en la situación que atraviesan las mujeres en el país. Actualmente las afganas carecen de acceso a la educación superior y tienen restricciones al movimiento y al acceso al trabajo. Los talibanes se escudan alegando que, gracias a la legislación vigente, han prevenido “2.638 casos de violencia contra las mujeres”, entre los que incluyen “la venta de esposas y matrimonios forzados”. No hay datos que corroboren esta información en relación a la prevención de estos enlaces.