Ocurrió en una igleisa del barrio de San Cristóbal, durante una ceremonia por la muerte de Nora Cortiñas y el hijo de Adolfo Pérez Esquivel. El video se volvió viral y generó distintas reacciones en las redes sociales.
Con el cántico “No se vende, la Patria no se vende» contra el Gobierno de Javier Milei, la celebración de una misa en la Iglesia de la Santa, en el barrio porteño de San Cristóbal, se hizo rápidamente viral en las redes sociales y causó todo tipo de comentarios, tanto a favor como en contra.
En el video se puede observar como el sacerdote levanta el vino y el pan y las personas presentes comienzan a corear la canción que suele entonarse en movilizaciones políticas, principalmente en las que son convocadas por el peronismo y la izquierda, que actualmente se expresan en reclamo a la Administración libertaria. Al mismo tiempo, se ve a algunos asistentes del cura aplaudiendo.
El hecho tuvo lugar el pasado domingo 9 de junio, en una misa para homenajear a Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y a Víctor Fernando, hijo de Adolfo Pérez Esquivel, quienes fallecieron el pasado 30 de mayo.
Precisamente en la grabación difundida por el periodista de Telam Marcelo Cena, editor de Prensa MAC, aparece el premio Nobel de la Paz y activista por los derechos humanos. De hecho, el también artista plástico realizó un mural del obispo Enrique Angelelli y el Padre Carlos Mugica para esta parroquia, considerada un sitio histórico de la Ciudad de Buenos Aires un lugar de encuentro de familias de desaparecidos que sufrió crímenes durante la última dictadura militar.
«Te invitamos a la misa para honrar la vida de Nora Cortiñas y también la vida del hijo de Amanda y Adolfo Pérez Esquivel, Víctor Fernando. Solo el amor engendra la maravilla, solo el amor consigue encender lo muerto», dice el cartel de la convocatoria que había sido difundido a través de Facebook para asistir a la ceremonia en el templo situado en la calle Estados Unidos 3150.
Por otro lado, luego de que se conociera el video, la agrupación conocida como La Néstor Kirchner, una separación de La Cámpora, escribió en esa red social: «En las iglesias andan diciendo: ‘La Patria no se vende’. Más precisamente en la Parroquia Santa Cruz. En una casa de Dios, mensaje a las fuerzas del cielo”.
«Esa es la Iglesia de Azucena Villaflor y las monjas francesas», «Me encanta, me dieron ganas de volver a la iglesia«, «siempre fue un orgullo esa Iglesia«, «¡Cómo puede ser que este Presidente siga gobernando!», fueron algunos de los comentarios a favor que expresaron algunos usuarios en los comentarios del video.
En tanto, hubo otros que desaprobaron lo ocurrido dentro de la parroquia. «¡Si es durante la plegaria de la Eucaristía están cometiendo sacrilegio, gente!», «Es vergonzoso», «Tristísimo», y «Eso no es una Iglesia, es una unidad básica«, escribieron otros.
La historia de la Iglesia Santa Cruz
«Entre el 8 y el 10 de diciembre de 1977, grupos de tareas de la Marina desataron una cacería. La planificación de estos secuestros había empezado mucho antes cuando el marino Alfredo Astiz se infiltró haciéndose pasar por hermano de un desaparecido», detalla el sitio oficial de la Comisión por la Memoria sobre la parroquia que se encuentra en San Cristóbal.
La comunidad eclesiástica se reunía en este templo para coordinar acciones de denuncia y visibilización de lo que ocurría en el país, y aquí posteriormente nació la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.
Sobre lo ocurrido en aquella época, el sitio indica que un grupo de tarea de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) secuestró a las Madres de Plaza de Mayo Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, la monja francesa Alice Domon, y los militantes Ángela Auad, Gabriel Horane, Raquel Bulit y Patricia Oviedo».
También fueron secuestradas la fundadora de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor y a otra monja francesa, Léonie Duquet; además de Remo Berardo -en su casa- y a Horacio Aníbal Elbert y José Julio Fondevila en un bar donde se juntaban los integranates de la Santa Cruz.
«Alfredo Astiz fue la pieza central, se presentó ante las Madres de Plaza de Mayo con la identidad falsa de Gustavo Niño, hermano de desaparecido y comenzó a participar de las reuniones de los familiares», añade la Comisión por la Memoria sobre el exteniente que proporcionó los datos que derivaron en el secuestro y posterior asesinato de este grupo.
Estas doce personas estuvieron detenidas en el centro clandestino que funcionaba en la ESMA y más tarde se comprobó que fueron arrojados con vida al mar. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) logró identificar los cuerpos tiempo después, ya que los restos fueron devueltos a la orilla por la corriente.
Hoy en día, los restos de Ballestrino de Careaga y Ponce de Bianco descansan en uno de los jardines laterales de la iglesia de la Santa Cruz.