El 8 por mil -el equivalente italiano de la X española en la Declaración de la Renta- baja de los 1000 millones euros por primera, a 910 millones.
La X italiana, el 8 por mil, cae este año, otra vez, y esta vez por debajo de la cota psicológica de los mil millones de euros. Sí, en parte se debe a una reducción de los ingresos fiscales en Italia, pero también, en buena medida en la decisión de muchos contribuyentes de no destinar esa parte de sus impuestos a la Iglesia católica, algo perfectamente lógico si tenemos en cuenta la rápida descristianización del país que alberga a la Ciudad del Vaticano.
La Conferencia Episcopal Italiana ha anunciado que destinará 246 millones de euros a las necesidades del culto (protección de bienes y nuevos edificios), 40 millones para apoyar la catequesis y la educación, 9 millones para el funcionamiento de los tribunales eclesiásticos regionales, 275 millones para intervenciones caritativas y 389 millones (el artículo más pesado) para apoyar al clero.
La comparación con años anteriores es evidente. En 2023 la suma total fue de mil 3 millones de euros, mientras que en 2022 fue de mil 111 millones de euros.
El año pasado, según datos del Ministerio de Finanzas, la Iglesia católica se mantuvo a la cabeza de las preferencias expresadas por los contribuyentes italianos, casi el 70 por ciento. Las acciones asignadas al Estado están aumentando. Seguida de la Iglesia Valdense, a la que poco menos del 3% de los italianos habían asignado su parte.