El 11 de marzo, la consejería ha publicado una circular para la promoción de actividades relacionadas con la música de Semana Santa en los centros educativos de Andalucía.
Aunque no vamos a cuestionar el valor sociológico, antropológico y cultural de estas manifestaciones, debemos dejar claro que esta circular nace con una clara motivación segregadora y excluyente de gran parte del alumnado de nuestros centros públicos y hecha a medida de quienes quieren justificar el adoctrinamiento religioso en los mismos.
La polémica surge especialmente en el punto 5 de la instrucción segunda, donde, a modo de ejemplo, se habla de la posibilidad de visitar capillas o recrear un pequeño museo cofrade en el centro. Olvida la consejería que estamos en una sociedad laica y un estado aconfesional, con pluralidad de credos. La tentación de la manipulación ideológica por parte de las mismas personas a quienes se les llena la boca con que hay que sacar la ideología de las escuelas es evidente. De este modo, se pueden vulnerar los derechos de la infancia.
Un guiño a sus fieles
La Consejería de Desarrollo Educativo y la Junta de Andalucía introducen este tema de cara a su galería, a sus fieles (no a fieles religiosos) porque consideran que les puede beneficiar.
En CGT siempre hemos exigido que se saquen la religión y todo tipo de expresiones religiosas de las aulas. La fe (católica, evangélica, musulmana, judía…) no se puede poner en el mismo plano que la ciencia.
Otras circulares
El sectarismo y fundamentalismo religioso de esta circular queda en evidencia cuando hay manifestaciones musicales de nuestra tierra de mucha mayor trascendencia que la música de Semana Santa que ahora se pretende “encumbrar” como uno de los referentes creativos más representativos del patrimonio musical de Andalucía.
Puestos a hacer una circular sobre nuestra música más representativa, de mayor trascendencia y universalidad, ¿por qué no hacerla sobre el legado musical andalusí? ¿Por qué no revalorizar el origen musical de melodías tan universales y presentes en nuestra cultura como la de la Tarara, melodías centenarias de tradición oral que perviven en el norte de África como la que ha dado origen al actual himno nacional español y que llevaron a la creación en Córdoba de uno de los primeros conservatorios de música del mundo?
Si el objetivo de esta circular es “conocer y respetar el patrimonio de Andalucía, partiendo del conocimiento y de la comprensión de nuestra cultura, reconociendo a Andalucía como comunidad de encuentro de culturas”, ¿no sería más lógico hermanarnos musicalmente y encontrarnos culturalmente, por ejemplo, con nuestros vecinos del norte de África, herederos de la tradición musical Andalusí y que actualmente forman una parte esencial de nuestro alumnado en los centros públicos? ¿O es que el objetivo de esta circular es todo lo contrario y deberíamos hablar de desencuentro de culturas?
Siguiendo por esta línea, nos tememos que las próximas circulares sobre referentes creativos representativos, proyección social y popularidad versarán sobre tradiciones tan nuestras como la cultura del pelotazo con comisiones fantásticas, pozos ilegales sin declarar, regularización de regadíos en parques nacionales, pelotazos urbanísticos saltándose la ley de costas y en espacios protegidos…
Ya puestos, ¿para cuándo una circular para la promoción de actividades relacionadas con el pastafarismo en los centros educativos de Andalucía?