Luego de una investigación minuciosa
Shakoor Alam, pastor local en Jaranwala, sugiere que el incidente de blasfemia podría estar vinculado a un conflicto de tierras, señalando la necesidad de una investigación profunda para determinar la verdad.
En días recientes, Masih ha sido arrestado bajo acusaciones de blasfemia, las cuales surgieron a raíz de una querella presentada por Susan Fatima. La denunciante alega que Masih ingresó a su residencia, la agredió y mostró falta de respeto hacia el Corán. La familia de Fátima abrazó la fe islámica hace aproximadamente 18 meses.
Sin embargo, no todo sucedió como se esperaba, puesto que luego de ser acusado y haberse presentado ante las autoridades tras la denuncia, Masih fue proclamado como inocente por los miembros de la comunidad cristiana local, y durante su detención participó en numerosos procesos con el fin de profundizar las investigaciones sobre el incidente. Posteriormente, Fatima también fue detenida y puesta en juicio.
Este acontecimiento destaca la importancia de la necesidad de realizar investigaciones minuciosas para determinar la responsabilidad y la verdad en casos que involucran posibles acusaciones de blasfemia.
En Faisalabad, la eficiente gestión de este suceso ha fortalecido la confianza dentro de la comunidad cristiana, especialmente en términos del respaldo de las autoridades hacia la equidad y la protección de los derechos individuales, sin importar sus convicciones religiosas.
La ONG Centro de Asistencia Jurídica y Asentamiento (CLAAS) señaló al respecto: «El caso de Masih sirve para recordar la importancia de unos procedimientos judiciales justos e imparciales y el peligro de las falsas acusaciones».
Respecto a los orígenes de toda la disputa, el pastor local Shakoor Alam, quien reside en Jaranwala, sugiere que el incidente podría estar asociado a un conflicto relacionado con la propiedad de tierras, mencionando que la acusación de blasfemia podría haber sido manipulada como una estrategia para aprovechar la legislación vigente. En este sentido, Alam ha enfatizado que «la policía tiene el deber de averiguar la verdad, bloqueando las leyes improcedentes sobre blasfemia en disputas personales».
Nasir Saeed, el director de la ONG CLAAS, aportó que «el caso de Younis Masih arroja luz sobre el abuso de las leyes contra la blasfemia en Pakistán». Además, felicitó a la policía por su buena ejecución en la investigación del caso, lo que ha llevado a la pronta liberación de Younis Masih y a la detención de Fátima, por haber acusado falsamente a Younis Masih. «Sin embargo, no se trata de un incidente aislado. Estos casos, si no se investigan, pueden tener consecuencias trágicas: algunos inocentes pueden languidecer en la cárcel durante muchos años o incluso ser asesinados».
La comunidad cristiana local asocia este caso al «ataque colectivo» ocurrido en Jaranwala, dentro de la región de Faisalabad, en agosto del año pasado, donde se dio un escenario similar: la acusación de blasfemia contra dos cristianos, quienes niegan enérgicamente todos los cargos y denuncian «falsas acusaciones». Saeed sostiene que el nuevo gobierno de Pakistán, que se formará tras las recientes elecciones, «tendrá el deber de hacer reformas legislativas para evitar más injusticias y proteger los derechos de todos los ciudadanos».
Conforme al Código Penal de Pakistán, la blasfemia conlleva sanciones que incluyen la pena de muerte o cadena perpetua, de acuerdo con tres disposiciones (295-a, 295-b, 295-c), comúnmente conocidas como la «Ley de Blasfemia», las cuales abordan específicamente la desobediencia al islam.
