Tres de cada diez alumnos de esta comunidad estudian en centros católicos, el porcentaje más alto de todo el país
La Rioja, al igual que el resto de comunidades, avanza hacia la laicidad. Las estadísticas dibujan con nitidez una tendencia que se ha acelerado en los últimos años. Los jóvenes son los que menos conciben a Dios, aunque algunas propuestas y corrientes religiosas, como el grupo musical Hakuna, que desde hace unos años mueve masas, está reconduciendo a la iglesia a esta porción de la población si no atea o agnóstica, sí nada practicante.
Aunque la fe no pasa por su mejor momento, la región, sin entrar al detalle, sigue siendo mayoritariamente creyente. Este es el trazo gordo de los datos que se extraen del estudio Identificación Religiosa por Comunidades Autónomas en España 2013-2022, de la Asociación de Ciencia Regional.
A finales de 2022, el último dato conocido, el 72% de los riojanos se identificaba con una religión, mayoritariamente católica. Dicho de otro modo, algo más de siete de cada diez aseguraban ser creyente. Salvo en la Región de Murcia, donde se confiesan más religiosos, La Rioja es una de las comunidades con más fe. El País Vasco prácticamente se divide a partes iguales entre creyentes y no creyentes y es, por tanto, la que cierra la tabla.
En nuestra comunidad, en los últimos diez años, la caída es evidente, aunque a diferencia de lo que ha ocurrido en el resto de comunidades, aquí se ha producido el efecto contrario. Mientras la pandemia ha acelerado la secularización de la sociedad, en La Rioja la pérdida de religiosidad sí que experimentó un fuerte descenso en 2020. Cayó desde el 75% de 2019 al 66% el primer año de covid. Entonces se registró la tasa más baja de identificación religiosa, pero a partir de ahí la fe volvió a ganar terreno y escaló hasta el 67% en 2021 y 72% a cierre de 2022, el último año del que recoge información el pormenorizado estudio.
Este 72% es la media de toda la población, pero la fe varía y mucho en función de la edad y de los estudios. En general, en La Rioja, al igual que ocurre en la mayoría de comunidades, son los mayores de 66 años los que sostienen el catolicismo en la región. Son las mujeres de 66 a 98 años con estudios básicos las que se confiesan más creyentes, en concreto, el 96% del total de las mujeres que se encuentra en este grupo etario.
Los que menos recurren a la iglesia son los jóvenes. El 64% de los hombres de 18 30 años con estudios superiores no concibe a Dios, tampoco se reconocen religiosas el 61% de las mujeres que frisan la treintena.
Lo cierto es que hay que ser realistas, cada vez hay más gente que deja de creer y los últimos escándalos de abusos sexuales en el seno de la iglesia no ayudan a que el catolicismo recupere el terreno perdido. Además, en la sociedad actual, los jóvenes se sienten más atraídos por las redes sociales que por la oración, que ha cedido espacio a Tik Tok e Instagram seduciendo masas.
Aprovechando el tirón de estas mismas redes, en 2013 nació el movimiento Hakuna. Un grupo de jóvenes que acompañaba al sacerdote José Pedro Manglano decidió llevar a la práctica una petición que el Papa hizo en la Jornada Mundial deJuventud que ese año se celebró en Río de Janeiro. El Santo Pontífice les animó a no ser «cristianos de sofá» y a «hacer lío».Dicho y hecho. Han pasado diez años largos de aquello y el movimiento Hakuna es un fenómeno musical que a día de hoy tiene cinco discos en el mercado que se pueden escuchar en plataformas como Spotify.
El fenómeno también ha llegado a La Rioja. En la parroquia Santiago El Real, en Logroño, los llamados ‘hakuners’ tienen una cita cada jueves, a última hora de la tarde, con las ‘Horas Santas’ que consisten en una charla en la que siempre se presta especial atención a la música. Cada encuentro se apoya en el lema ‘Todos por todos’ como movimiento transversal a la Iglesia que busca conectar con los jóvenes.
Grupos aparte, el camino emprendido hacia la laicidad contrasta con el elevado porcentaje de centros educativos católicos existentes en La Rioja. De hecho, es la segunda comunidad con más presencia de este tipo de colegios. Del total suponen el 15,5%, una representación que sólo supera Cantabria (16%), según se desprende del informe Laicidad en cifras de la Fundació Ferrer i Guàrdia.
Porcentaje de centros concertados sobre el total
Aunque por décimas nuestra comunidad no encabeza este ranking, sí lidera la lista medida por alumnos que estudian en colegios católicos. Casi tres de cada diez estudiantes (29,8%) están matriculados en centros concertados, por encima de Madrid (28,7%) y País Vasco (26,5%).
¿Por qué pese a que cada vez somos más laicos, casi un tercio de los jóvenes estudia en colegios concertados?Según Félix Ruiz, vicepresidente de Escuelas Católicas, en atención a la libertad de enseñanza, «la gente hace uso de esa libertad para elegir centros con ideario que responde a sus creencias y nosotros somos centros con ideario humanista cristiano».
La elección de estos centros por parte de las familias, en su opinión, no tiene que ver con la asignatura de Religión, «sino con la forma de entender la educación». Las familias, sostiene, «reconocen de alguna manera la solidez de nuestro sistema, de nuestro proyecto pedagógico, pero sobre todo somos centros de enseñanza que hablamos de educación integral no sólo academicista, sino que educamos en valores».
Es consciente del avance de la laicidad, pero, al parecer, no incide en el número de alumnos que se matricula en esta red, al contrario, dice, la realidad es que van aumentando paulatinamente y «nos estamos consolidando como referentes en educación».
«Se ha hecho un esfuerzo grande en llevar a la escuela el arte religioso y la historia del humanismo»
Renovarse o morir. La frase se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida porque quien no camina de la mano de los nuevos tiempos está condenado a quedarse atrás y a formar parte del pasado, de las cosas que un día fueron y acaban arrumbadas en el cajón del olvido.
La religión no es ajena a este dicho popular y debe predicar con el ejemplo si quiere ir al compás de los tiempos sin perder de vista que el progreso no está reñido con la conservación de su esencia. En esa misión se embarcó la Iglesia, con mayor o menor acierto, y ha hecho «un gran esfuerzo en llevar a la escuela la música, el arte religioso, la historia del humanismo cristiano de una forma que resulte convincente», explica José Antonio Barrios, delegado de Juventud de la Diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño.
En el punto de mira está la juventud, aquella parte de la población que, según el informe Identificación Religiosa, se declara menos creyente, apenas tres de cada diez. «Siempre queremos dar respuesta a la inquietud de adolescentes y jóvenes tanto en el ámbito académico como en el espiritual» porque es una etapa de la vida de una persona «en la que verdaderamente se pregunta sobre el sentido de la vida y del camino que le gustaría emprender a largo plazo». Desde la Diócesis atribuyen a este esfuerzo que La Rioja sea una de las comunidades con más creyentes en proporción a la población.
Ana Rosa Ruiz-Bazán, delegada episcopal de Enseñanza, abunda en la misma idea, en que el mencionado estudio refleja que se están recogiendo los frutos del esfuerzo invertido en que la religión llegue a los jóvenes adaptándose a ellos.
La asignatura de Religión católica en las aulas también remaría en este sentido. La materia que se imparte en los centros escolares nada tiene que ver con catequesis, sino que «presenta el mensaje católico desde una propuesta educativa respetando siempre la libertad del alumnado y sus familias». Además, «no se evalúa la fe, sino unos conocimientos académicos».
Precisamente el próximo 24 de febrero se celebrará en Madrid un congreso organizado por las diócesis de todo el país para abordar el tema de la educación.
