Las víctimas de abusos en el seno de la Iglesia y la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) llegaron este domingo a «un entendimiento» para elaborar un estudio sobre el número de personas a indemnizar, en la primera reunión celebrada entre ambas partes.
António Grosso, uno de los fundadores del grupo Corazón Silenciado, la primera asociación oficial en Portugal de víctimas de pederastia en la Iglesia, explicó a EFE que se reunieron este domingo durante tres horas en Fátima con representantes de la CEP, en un encuentro que describió como «largo» y «cordial».
Durante esa cita hablaron sobre el asunto de las indemnizaciones, «o como la Iglesia prefiere decir, reparaciones materiales, para no confundirlas con las del derecho civil», dijo Grosso.
«Sobre eso llegamos a un entendimiento de que es preciso hacer un estudio profundo sobre el número de víctimas a indemnizar», indicó Grosso.
El responsable de Corazón Silenciado detalló que la propuesta de su grupo es que se realice ese análisis y que la Iglesia haga un anuncio oficial de que está «abierto el cofre», es decir que diga públicamente que está dispuesta a indemnizar a las víctimas.
Otro de los asuntos sobre los que conversaron fue el de la prescripción de los delitos, sobre el que hubo «alguna duda», apuntó Grosso, quien precisó que este tema «depende mucho del cambio del derecho canónico, no de la Iglesia portuguesa».
Aun así, «parece» que ambas partes coincidieron en que «no hay razón para que haya prescripciones, porque en palabras del propio papa Francisco, que son idénticas a lo que vemos y decimos, ni el dolor ni el trauma prescriben, el delito no puede prescribir», apuntó Grosso.
«De hecho -agregó-, destacamos que en varios países de Sudamérica y de Norteamérica no existe la prescripción para el abuso sexual a menores no prescriben, no tiene sentido, sobre todo, porque en la propia ley religiosa y la ley de Dios, el pecado no prescribe, aquello que era pecado hace 70 años lo sigue siendo hoy».
Se trata de la primera reunión entre las víctimas de abusos en Portugal y la Iglesia, y se produce después de que en noviembre Corazón Silenciado enviara una carta abierta dirigida a los obispos católico portugueses, en la que lamentaba que la CEP no hubiera mostrado interés en reunirse con ellos.
Grosso afirmó que durante la cita de hoy la CEP «ha entendido» que el objetivo de la asociación es crear un canal abierto con la institución, evitando así intermediarios.
«Quedó entendido que sí, que nos podríamos reunir más veces, aunque no íbamos a establecer una regularidad fija, pero que siempre que queramos podemos concertar reuniones para solucionar asuntos», dijo.
Tras la reunión de hoy, la CEP emitió en un comunicado, donde informó de que sus líderes recibieron este domingo a representantes de Corazón Silenciado en Fátima, «en seguimiento del camino que la Iglesia en Portugal viene tomando para proteger a menores y adultos vulnerables».
Apuntó que el encuentro transcurrió en un ambiente de «acogida, escucha y diálogo» y que en él mantuvo su compromiso para hacer «todo para acoger y apoyar a las víctimas de abusos y contribuir a la reparación de sus vidas, evitando que tales situaciones vuelvan a repetirse en el seno de la Iglesia».
Representantes de Corazón Silenciado se encontraron el viernes con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, quien sugirió crear una comisión, tutelada por el Estado, para investigar los abusos sexuales, sin la participación de la Iglesia.
Hasta ahora los dos grupos que han desarrollado esa tarea han estado vinculados con la CEP. En su informe final, una de esas dos comisiones, integrada por expertos, concluyó en febrero de 2023 que hay más de 4.800 víctimas de pederastia en la Iglesia lusa desde 1950.