La guerra en Ucrania tiene un creciente componente religioso
Las ramificaciones religiosas de la guerra en Ucrania son cada vez más evidentes. Bulgaria acaba de expulsar al archimandrita primado de la Iglesia ortodoxa rusa en Sofía y a dos sacerdotes bielorrusos, acusándoles de servir a los intereses geopolíticos de Moscú, una decisión calificada de «perversa» por la embajada rusa.
(Orthodox Times/InfoCatólica) El servicio de seguridad nacional búlgaro anunció la expulsión de los tres religiosos, citando únicamente las iniciales de sus nombres y sus nacionalidades. También les impuso la prohibición de entrar en el país durante los próximos cinco años.
Los tres están acusados de aplicar «la estrategia híbrida de Rusia destinada a influir en los procesos sociopolíticos de Bulgaria en favor de los intereses del Kremlin», según un comunicado oficial.
En un post en Facebook, la embajada rusa subrayó que el representante de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Sofía, el archimandrita Vassian, está incluido entre las tres personas expulsadas.
El gobierno búlgaro «ha emprendido aparentemente la misión de enfrentar a los pueblos ruso y búlgaro», denunció la embajada rusa, expresando su «indignación» por esta decisión «sorprendente». «Este caso no tiene precedentes», y es fruto de una «mente perversa», añadió.
Cisma y política
Cuando se produjo el cisma entre el Patriarcado de Moscú y el de Constantinopla por la concesión, por parte del Patriarca Bartolomé, de la autocefalia a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania, minoritaria en cuando a número de fieles ortodoxos ucranianos al menos antes de la guerra, quedó claro que la política afecta gravemente a las relaciones entre las iglesias ortodoxas. La guerra en Ucrania ha intensificado dicha ruptura.