Los cristianos, que constituyen aproximadamente el 2% de la población del país, ocupan una de las posiciones sociales más marginadas y en ocasiones son víctimas de acusaciones infundadas de blasfemia.
Más de 80 hogares cristianos y 19 iglesias de Pakistán fueron objeto de actos de vandalismo tras el alboroto de una turba musulmana presuntamente relacionado con la blasfemia esta semana, declaró el viernes el jefe de la policía de la provincia de Punjab (ubicada a 350 kilómetros de Islamabad), Usman Anwar.
«Los acontecimientos fueron trágicos. Este tipo de violencia nunca puede justificarse», expresó Anwar, añadiendo que visitará la ciudad de Jaranwala el domingo para apoyar a la comunidad cristiana.