Tanto el Gobierno de Erdogan como la oposición han normalizado discursos típicos de la extrema derecha islamista y nacionalista, incrementando así la influencia de estas formaciones, que han recogido sus frutos en votos
Europa lleva años preocupada por el ascenso de formaciones de ultraderecha. Suelen ser una, dos a lo sumo, con cierta fuerza en cada país. En Turquía no: hasta cinco partidos de este corte lograron buenos resultados en las elecciones del pasado 14 de mayo y pueden marcar el devenir tanto de la segunda vuelta de las presidenciales, que se celebra este domingo, 28 de mayo, como de los próximos cinco años. Es el resultado de que el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan ―y también la oposición― lleven años explotando discursos típicos de la extrema derecha, lo que ha terminado por llevar el debate a un marco argumental favorable a estas formaciones.