El investigador habla sobre la batalla para conocer la consciencia sin necesidad de elementos misteriosos y cómo eso nos puede ayudar a vivir
Anil Seth (Oxford, 50 años) habla de la consciencia como una alucinación controlada. El mundo que percibimos, que nos parece tan real y difícil de imaginar de otro modo, surge de una especie de negociación entre la forma en que nos llega a través de los sentidos y lo que nosotros esperamos de él. De esa experiencia reconstruida, en la que también influyen las de las personas que nos rodean y la sociedad en la que vivimos, surge nuestra consciencia y nuestro yo. En su último libro, La creación del yo (Sexto Piso), Seth, neurocientífico cognitivo de la Universidad de Sussex (Reino Unido), nos guía a través de su amplia experiencia como estudioso de la consciencia en una de las búsquedas científicas más apasionantes del presente y que lo seguirá siendo durante las próximas décadas. En un hotel de Madrid, ciudad que ha visitado para presentar su libro, asegura que, contra lo que algunos expertos plantean, es probable que este reto que hoy parece imposible sea pronto abarcable, como antes lo fueron otras cimas aparentemente inasequibles al conocimiento humano.