El tribunal administrativo aplica la ley francesa de 1905 sobre laicismo y amenaza con una multa de 100 euros al día
Francia se toma muy en serio el laicismo, hasta el punto de provocar a veces polémicas políticas y ciudadanas que desembocan en pleitos. Así ha ocurrido en Perpiñán, cuyo Ayuntamiento ha recibido la orden judicial de retirar el pesebre instalado en el patio de la sede consistorial por considerar que viola la ley de 1905 sobre la estricta separación entre el Estado y las iglesias.
El tribunal administrativo de Montpellier dio la razón a la Liga de los Derechos del Hombre (LDH), que había presentado un recurso urgente contra el Ayuntamiento de la capital rosellonesa. La decisión, tomada el miércoles de esta semana, estipula que los responsables municipales deben retirar el belén navideño en un plazo de 24 horas, so pena de incurrir en una multa de cien euros por cada día en que el pesebre siga allí.
Según la abogada Sophie Mazas, que es la presidenta de la LDH en el departamento de Hérault, el pesebre viola la ley de 1905 porque se trata de una representación claramente católica, con presencia de José, María, el Niño Jesús y los tres Reyes Magos. La LDH no niega que sea una tradición local catalana pero sostiene que el lugar de celebrarla no es el Ayuntamiento, una sede pública, sino la catedral de Saint-Jean. La organización defensora del laicismo deplora que el Ayuntamiento haya violado impunemente la ley en los últimos diez años y que el prefecto no haya actuado.
El alcalde, Louis Aliot, de extrema derecha, insiste en que el pesebre es una tradición catalana y lo desmontará el 2 de enero, pese a las multas
El alcalde de Perpiñán, Louis Aliot, que es también el vicepresidente del Reagrupamiento Nacional (RN, extrema derecha), reaccionó con indignación al fallo judicial. Aliot anunció en rueda de prensa que la orden será respetada, aunque con retraso. El pesebre no se desmontará hasta la reapertura de las escuelas, el 2 de enero, alegando que el personal técnico para hacer la operación estará de vacaciones. «Por desgracia, la Liga de los Derechos del Hombre y otras organizaciones políticas han decidido instrumentalizar la laicidad de la República y la justicia administrativa para obstaculizar la expresión de nuestras tradiciones, de nuestro patrimonio y, más en general, para impedirnos ser lo que somos», señaló el alcalde.
Aliot estimó que la decisión del tribunal está «en total discordancia con el entusiasmo y la admiración suscitados por el pesebre, visitado por miles de personas desde el 25 de noviembre». La ciudad, según el alcalde, «reafirma su compromiso con todos los elementos de nuestra cultura catalana, de la cual el pesebre forma parte». «Hoy es el pesebre, ¿mañana será qué, San Jordi?», advirtió. El importe de las multas por el retraso en desmontar el belén será abonado por consejeros municipales, de su propio bolsillo. Se han ofrecido a donar ese dinero a la ciudad.
A Béziers y Beaucaire también se les impidió instalar un belén navideño
La letrada municipal, Delphine Joubes, había argumentado que no se trata de promocionar un culto concreto, sino de honrar una tradición catalana que va más allá de las creencias religiosas de la gente. La abogada insistió que el pesebre se halla en el interior del patio, en un lugar que no es de paso obligado para quienes van al Ayuntamiento a realizar trámites administrativos.
Joubes recordó que el patio está consagrado a la catalanidad de Perpiñán y que también es el lugar donde se celebra San Jordi. «No hay ninguna razón de suprimir el pesebre -indicó la abogada, en declaraciones recogidas por el diario L’Indépendant-. Es una tradición y en ningún caso un signo de proselitismo». La abogada puso énfasis, igual que el alcalde, en el éxito ciudadano del belén, pues hay un dispositivo fotográfico de pago, un fotomatón, que ha registrado ya 8.000 usuarios. «Esto muestra que la gente viene a ver esta atracción», remachó Joubes.
Hace una semana fue dictada una resolución judicial similar contra el Ayuntamiento de Béziers, a unos cien kilómetros al norte de Perpiñán. Las dos ciudades tienen alcalde de la extrema derecha. En Béziers gobierna Robert Ménard, cofundador de Reporteros sin Fronteras, desde el 2014. Aunque él no es militante del partido de Le Pen, el Reagrupamiento Nacional (RN, ex Frente Nacional), esta formación lo apoyó desde el primer momento y no presentó candidato alternativo. Louis Aliot, que fue pareja de Marine Le Pen, concurrió a las elecciones, en el 2020, sin el símbolo de su partido y con aliados de otras procedencias políticas.
El pasado 16 de noviembre el Consejo de Estado confirmó la prohibición del pesebre en el Ayuntamiento de Beaucaire, en el departamento de Gard. Esta localidad también tiene un alcalde de extrema derecha, Julien Sanchez.
En Alsacia y Mosela no rige la ley francesa de laicidad porque en 1905 pertenecían al imperio alemán
La ley de 1905 no se aplica en Alsacia y Mosela porque estos territorios pertenecían en esa época al Reich (imperio) alemán. En estas regiones sigue vigente el concordato suscrito por Napoleón I con la Santa Sede. Eso significa que los sacerdotes –y también los pastores protestantes y los rabinos judíos–, así como los laicos empleados por estas confesiones, cobran un salario del Estado, como si fueran funcionarios. En estas zonas se ofrece clase de religión en las escuelas, aunque los padres pueden pedir que se exima a sus hijos de asistir.