El Gobierno ha planteado congelar los fondos de las mujeres que no cumplan las políticas de vestimenta y planea sustituir al cuerpo de control por nuevas tecnologías.
Tras casi tres meses de protestas, más de 400 muertos y miles de detenidos, según las organizaciones, el Gobierno iraní se mantiene reticente a los cambios exigidos por los manifestantes. Si bien han anunciado el fin de la policía de la moral, todo apunta a un cambio de metodología para vigilar que se cumplen las normas de vestimenta impuestas, entre las que se mantiene la obligatoriedad del velo islámico.