El Óbolo de San Pedro es el fondo procedente de donaciones de fieles sobre el que solo el Papa tiene absoluta libertad para decidir cómo se gasta. Tradicionalmente se destina a obras de caridad, pero durante el juicio contra el cardenal Becciu un alto funcionario vaticano revela que se usó para pagar a un abogado en un caso de abusos sexuales clericales en Estados Unidos.
Se recauda anualmente para que el Papa lo destine a caridad, pero se ha usado para pagar al abogado que defendió a la Iglesia católica en los casos de abusos en Estados Unidos, ha declarado un funcionario de la Secretaría de Estado vaticana durante el juicio que se lleva a cabo en el Estado Vaticano por la inversión irregular en un edificio de lujo en Londres, informa Europa Press.
El funcionario en cuestión no es otro que el contable de la Oficina Administrativa de la Secretaría de Estado del Vaticano, Fabrizio Giachetta, llamado a declarar ante el tribunal del Vaticano en calidad de testigo por la defensa legal de otro de los acusados, el broker Gianluigi Torzi, a quien el Vaticano acusa de haberle engañado en la compraventa del inmueble en la que ejerció de intermediario y que acabó consiguiendo una comisión de 15 millones de euros por devolver el edificio a la Santa Sede como legítima propietaria.
Preguntado específicamente si para pagar las facturas del abogado estadounidense Jeffrey Lena, que ha asistido a la Santa Sede en casos judiciales de pederastia en Estados Unidos, se usaron esos fondos ha contestado: «A veces sí, a veces no». En cuanto a la cuantía de la suma que se pagó, que según la defensa de Torzi ascendería a 1,5 millones de euros, Giachetta la calificó de «cifra plausible».
Asimismo, Giachetta también ha afirmado que en el pasado los fondos del Óbolo de San Pedro también se usaron para cubrir las pérdidas presupuestarias de la Santa Sede. No obstante, el testigo ha dejado claro que para «utilizar el óbolo con este fin, se requería siempre la autorización del Papa».