Miles de activistas feministas y por los derechos humanos siguen de cerca los acontecimientos que ocurren en la República Islámica, que les recuerdan mucho a los días de la Primavera Árabe
«Mi cuerpo y mi cabello no pertenecen a nadie más que a mí», rezaba una pancarta en una concentración feminista frente al Museo Nacional de Beirut. «Revolución y libertad», clamaban asociaciones feministas y de derechos humanos en una manifestación frente al Centro Cultural Iraní en Túnez. Más allá de la presencia en las calles, las redes sociales en el mundo árabe se han volcado con las protestas en Irán. Les recuerdan a sí mismos, porque todos estos pueblos han soñado en revolucionario durante los últimos años. Aunque las protestas de apoyo no son muy masivas, hay un compromiso de solidaridad con las mujeres iranís.
La revuelta iraní iniciada por el asesinato a manos de la policía de la moral de Jina Mahsa Amini por no llevar bien el velo ha proyectado su emoción más allá de las fronteras. Mientras sus líderes callan, jóvenes y mayores, hombres y mujeres siguen de cerca lo que ocurre en el todopoderoso Irán. Por ahora, los dirigentes de Oriente Medio y el mundo árabe se han mantenido en silencio, temiendo un escenario similar al de la Primavera Árabe donde sus propios pueblos exigieron su partida. El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, no tardó en tachar el levantamiento de complot de Estados Unidos e Israel. Su aliado, el jefe de Hizbulá, Hasán Nasrallah, tildó la muerte de Amini de un «incidente misterioso».
En las últimas semanas, Irán se ha visto forzado a concentrar sus esfuerzos en su política doméstica. Y las consecuencias ya se empiezan a notar en los territorios bajo su influencia, como Irak, Yemen, Líbano o Siria. Allí, las activistas feministas y por los derechos humanos se mantienen cautas. La caída del régimen es muy improbable, tal y como ellas han experimentado en sus propias carnes. Pero las cosas no podrán seguir igual en Irán. En su silencio, las autoridades del mundo árabe se mantienen expectantes ante cualquier giro en los acontecimientos que podría impactar de lleno en sus países.
Papel de los medios
Además, la extensa cobertura de las protestas por parte de grandes medios en la región, como Al Jazeera o Al Arabiya, pone de manifiesto la cantidad de asuntos en juego. «Tengo una recomendación para Arabia Saudí, que está tratando de engañar a nuestra juventud con el apoyo de algunos medios de comunicación», ha advertido el jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria, Husein Salami, esta semana. «Tenga cuidado con su comportamiento y controle estos puntos de venta o el humo le volará en la cara», ha añadido al acusarle de «interferir en asuntos internos». Sin poner nombres, muchos interpretan que Salari habla de Iran International, un medio en persa con sede en el Reino Unidos y vínculos saudís.