La Alianza Evangélica Mundial organizó un evento para preparar el Día Internacional de Oración por la Iglesia Perseguida (DIDO) 2022, que se llevará a cabo los días 6 y 13 de noviembre, reflexionando sobre el efecto de las leyes contra la apostasía y blasfemia vigentes en gran parte del mundo.
Este año el Día Internacional de Oración por la Iglesia Perseguida (DIDO), organizado por la Alianza Evangélica Mundial (WEA), se llevará a cabo los días 6 y 13 de noviembre, bajo el lema “Mantente firme”.
Según la entidad evangélica, “el próximo DIDO presenta una oportunidad para resaltar la clara tendencia de empeoramiento de la libertad religiosa en todo el mundo”.
“Sin castigo por la apostasía”
En preparación para esta importante fecha, la WEA, junto con la organización de defensa Set My People Free, organizó un evento el verano pasado durante la Conferencia Ministerial Internacional sobre Libertad de Religión o Creencias en Londres.
Entre los ponentes se encontraban el relator especial de la ONU sobre la libertad de religión o creencias, Ahmed Shaheed; el Secretario General de la WEA, Thomas Schirrmacher; el profesor de Libertad Religiosa en la Universidad de Baylor y asesor principal de WEA, el Dr. Paul Marshall, y el fundador de Set My People Free, Kamal Fahmi.
En un evento paralelo a las conferencias, se presentó una exposición relacionada con el tema llamada “Sin castigo por la apostasía”.
Leyes contra la blasfemia y libertad religiosa
Durante la reunión, cristianos que se habían convertido del Islam hablaron sobre las consecuencias en la vida real de las leyes sobre la apostasía y la blasfemia que están en vigor en muchos países.
A su vez, los oradores “describieron cómo las leyes contra la apostasía y la blasfemia infringen las libertades individuales y se utilizan para atacar a los ex musulmanes en particular”, informó la WEA.
“Actualmente, 24 países penalizan y/o mantienen las penas de muerte para las personas que renuncian al Islam. 1.300 millones de musulmanes no tienen la libertad de abandonar el Islam”, denunció Fahmi.
El Secretario General de la WEA señaló que “lo más peligroso que puedes hacer en este momento es convertirte del Islam al cristianismo”.
“Todo el mundo debería tener derecho a decidir sobre su propia fe, sobre su propia cosmovisión, y cualquiera que sea su forma de cambiar, debería ser libre de hacerlo sin ser amenazado por ningún tipo de ley penal, y ciertamente no por la muerte”, concluyó Schirrmacher.