Imágenes a las que ha tenido acceso EL PAÍS muestran cómo niños y adultos abandonan las instalaciones del DIF en Chiapas tras ser detenidos en una redada contra el grupo ultraortodoxo
Casi una veintena de niños y adultos de la secta extremista Lev Tahor han escapado de un centro en Chiapas, donde permanecían detenidos, según se muestra en imágenes a las que ha tenido acceso EL PAÍS. El grupo de fieles se encontraba bajo custodia de las autoridades mexicanas, después de una redada contra un campamento de la comunidad ultraortodoxa cerca de la frontera con Guatemala la semana pasada. El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF), la institución responsable de las instalaciones, no se ha pronunciado sobre el incidente.
En las imágenes se ve a niños y niñas, vestidos con los trajes característicos de la secta (trajes oscuros para los hombres y túnicas que cubren de pies a cabeza a las mujeres), salir del centro de atención del DIF en Huixtla, una comunidad chiapaneca a unos 50 kilómetros de la frontera con Guatemala. En los videos se muestra a los menores caminar juntos afuera de las instalaciones, mientras que en otras grabaciones difundidas por la prensa local se ve a algunos empujar directamente a los guardias que estaban en la entrada y subir a camionetas. Los hechos se produjeron a primera hora de este jueves.
Agentes mexicanos e israelíes lanzaron una operación conjunta la semana pasada contra el grupo ortodoxo, tras recibir denuncias de antiguos miembros de tráfico de personas, abuso sexual y maltrato infantil. En la redada, dos líderes de la comunidad religiosa fueron acusados por orden de un juez mexicano y trasladados a una cárcel en Chiapas. Los dos acusados han sido identificados como Moshe Yosef Rosner, de nacionalidad estadounidense, y Menachen Enden Alter, con pasaporte israelí.
El objetivo de la operación, que se planeó durante casi dos años, era liberar a las niñas, niños y adultos del culto, aprehender a los líderes y rescatar a un niño de tres años que era buscado por Israel Amir, un antiguo miembro que huyó del grupo y se le había impedido el contacto con su hijo. En los últimos días, los miembros de la comunidad que permanecían en el DIF de Huixtla se amotinaron y agredieron a los custodios. Se quejaban de las condiciones en las que estaban alojados y exigían ser devueltos a sus familias. Otros seguidores acusaban una “persecución religiosa”.
Lev Tahor, cuyo nombre se traduce del hebreo como corazón puro, fue fundado en Israel en la década de los ochenta y desde entonces arrastra un historial de escándalos y acusaciones por secuestro, trata de personas, matrimonios forzados y abusos físicos y sexuales. El grupo ha sido declarado “culto peligroso” por las autoridades israelíes y ha enfrentado investigaciones en Estados Unidos, Canadá, México y Guatemala por el trato que da a sus miembros más jóvenes. La prensa israelí apoda a la organización como los “talibanes judíos” por sus prácticas extremistas, rechazadas por prácticamente todas las facciones del judaísmo, incluso las corrientes más ortodoxas.
Fuentes cercanas al operativo advierten de que entre los miembros fugados hay niños con pasaportes estadounidenses, canadienses, israelíes y guatemaltecos, un reflejo del peregrinaje del grupo por el continente americano tras estar en la mira de las autoridades. También temen que los menores hayan sido llevados de vuelta a Guatemala, donde la mayor parte del grupo radica desde 2014, y que el escape haya echado por la borda un par de años de planeación para dar el golpe al grupo. De acuerdo con los primeros informes, se estima que la secta ha tenido ese asentamiento en la selva de Chiapas, a unos 20 kilómetros de la ciudad fronteriza de Tapachula, desde hace por lo menos seis meses.
Las autoridades mexicanas aún no han aclarado bajo qué circunstancias los miembros del grupo han abandonado el centro. El Instituto Nacional de Migración de México ha señalado que no está involucrado en la gestión del tema y que corresponde al DIF. Por su parte, un portavoz del DIF ha dicho que está corroborando la información.
Apenas en abril pasado, Nachman Helbrans y Mayer Rosner, los dos mandos más altos de la organización extremista, fueron condenados a 12 años de prisión en Estados Unidos por el secuestro de dos niños, que entonces tenían 14 y 12 años. Los menores raptados eran sobrinos de Helbrans, líder e hijo del fundador de la secta, y fueron llevados desde el norte del Estado de Nueva York hasta la zona metropolitana de Ciudad de México, donde fueron encontrados por agentes mexicanos y estadounidenses. Desde entonces, la congregación, marcada por el hermetismo y el estricto control sobre sus miembros, está prácticamente a salto de mata y ha sido localizada en casi una decena de países en América, Europa del Este y Oriente Próximo.