Miles de mujeres han salido a la calle sin velo, se cortan el pelo o queman sus ‘hijabs’ en señal de protesta. La dura represión por parte del Gobierno intenta que la información no salga del país y que no extienda aún más las protestas.
La muerte de una joven de 22 años mientras estaba bajo custodia de la Policía de la moral iraní ha encendido una protesta a lo largo y ancho de Irán, que lejos de disminuir ha ido a más en la última semana. Masha Amini, una joven de origen kurdo, fue detenida por la Policía de la moral y llevada a un centro de reeducación. Su delito: llevar mal puesto el velo. Poco después fue ingresada en coma en un hospital, donde murió. La versión oficial afirma que sufrió un paro cardíaco, pero diversos testigos han asegurado a medios de comunicación que fue golpeada dentro de la furgoneta que la transportó a la comisaría y que tenía signos de maltrato.