Proclamación oficial del nuevo monarca del Reino Unido
«El papel y los deberes de la monarquía permanecen, a través de los cambios de los tiempos», dijo el rey, «así como el compromiso y las responsabilidades especiales del soberano con la Iglesia de Inglaterra, una Iglesia en la que mi propia fe está tan profundamente arraigada»
“En esa fe, y en los valores que inspira, me han educado para valorar el sentido del deber hacia los demás y para considerar con especial respeto las preciosas tradiciones, libertades y responsabilidades de nuestra singular historia y sistema parlamentario»
Aunque tras la muerte de su madre, la reina Isabel II, el pasado jueves a los 96 años de edad, ya conllevó automáticamente su designación, dado que era el primero en la línea sucesoria, esta mañana se ha producido el acto de proclamación formal de Carlos III como rey de Inglaterra, a la espera de la ceremonia de coronación, que se producirá posteriormente en la abadía de Westminster.
Durante el acto de proclamación en el Palacio de St. James del nuevo rey, fue anunciada la muerte de Isabel II, tras lo que se leyó la proclamación tradicional, después de la cual Carlos III participó en una segunda reunión, en presencia del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, en la que realizó una declaración y juró preservar la Iglesia de Escocia, tras lo que fue proclamado rey.
En su primer discurso como rey, Carlos III renovó el compromiso de su madre con la promoción de la «Iglesia de Inglaterra». «El papel y los deberes de la monarquía permanecen, a través de los cambios de los tiempos», dijo el rey, «así como el compromiso y las responsabilidades especiales del soberano con la Iglesia de Inglaterra, una Iglesia en la que mi propia fe está tan profundamente arraigada».
“En esa fe, y en los valores que inspira, me han educado para valorar el sentido del deber hacia los demás y para considerar con especial respeto las preciosas tradiciones, libertades y responsabilidades de nuestra singular historia y sistema parlamentario».
Igualmente, el monarca, que accede al trono a los 73 años de edad, se comprometió “solemnemente ante ustedes, durante los años que Dios me permita aún vivir, a defender los principios constitucionales que están en el corazón de nuestra nación«.