La Compañía de Jesús de Chile concedió «verosimilitud» a varias de las denuncias por abusos sexuales presentadas contra el conocido y controvertido sacerdote Felipe Berríos, informó este jueves la orden religiosa en un comunicado.
«Tras una acuciosa investigación, que contó con la declaración de más de 40 testigos, la Instructora ha determinado la verosimilitud de actos de significación sexual de distinta relevancia que habrían afectado a siete mujeres jóvenes y adolescentes», afirmó.
«Estos hechos se refieren a tocaciones (tocamientos) y diversos traspasos de límites en el ejercicio del sacerdocio, entre los años 1993 y 2009», agregó la nota.
La investigación canónica, encabezada por la abogada María Elena Santibáñez, arrancó tras una denuncia en su contra interpuesta por una mujer adulta, hecho que lo llevó a dejar su casa en La Chimba, una de las poblaciones más pobres de Antofagasta en la zona norte, y abandonar su característico perfil mediático.
Según señaló la orden jesuita, será el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, departamento especializado de Roma, la «entidad competente que deberá determinar los pasos a seguir».
De igual manera, la compañía afirmó que otra de las denuncias, que implicaría a una menor de edad de 7 u 8 años «resultó ser no verosímil».
«Durante este tiempo, seguirá vigente la medida cautelar impuesta por el Provincial de la Compañía de Jesús a Felipe Berríos que le suspende del ejercicio público del ministerio sacerdotal», señaló la organización.
Creador de la Fundación Un Techo para Chile, una de las más famosa del país, y antiguo misionero en África, Berríos fue convocado por el gobierno de Gabriel Boric durante sus primeros días de gestión para ser coordinador nacional de campamentos del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, posición que desestimó.
Chile es uno de los países latinoamericanos más salpicados por denuncias de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica y lleva más de una década sumando nuevos casos desde que salió a la luz el primer gran escándalo, del exsacerdote Fernando Karadima.
El caso de Karadima, denunciado por abusos sexuales reiterados a menores, remeció los cimientos de una de las instituciones otrora más poderosas del país y en palabras del papa Francisco, destapó “una cultura de abuso y encubrimiento” en el seno de la Iglesia.
Según las últimas cifras publicadas por la Fiscalía, en 2021 seguían abiertas 65 investigaciones judiciales contra 116 personas relacionadas con la Iglesia católica, que implican a 220 víctimas, siendo la mitad menores de edad en el momento de los hechos.