Carlos Godoy Labraña recordó que la Conferencia Episcopal expresó su rechazo a la propuesta constitucional por no reconocer «ningún derecho a un ser humano en gestación en el vientre materno».
Carlos Godoy Labraña, obispo auxiliar de Santiago, envió un mensaje a las Carmelitas Descalzas de San José de Maipo, luego que oficializaran su apoyo a la opción de Apruebo, de cara al plebiscito de salida.
En su carta a las religiosas, el sacerdote le pide que aclaren su respeto “por la vida que está por nacer”, ya que en la nueva Constitución se garantiza el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.
«Como mujeres de fe, que han consagrado su vida a Dios, tienen mucho que aportar a la Iglesia; y como tal tienen la obligación no sólo moral, sino una grave responsabilidad al momento de expresar sus opiniones, de las que gozan de total libertad, con el límite de la Verdad, donde está Cristo», consignó Godoy Labraña.
Junto con ello, el obispo auxiliar de Santiago recordó el rechazo a la nueva Constitución de la Conferencia Episcopal, señalando que «nos parece grave el que no se proteja la vida del que está por nacer en el proyecto constitucional, siendo este un derecho humano inalienable, pues el aborto transgrede el alma de Chile al no respetar el fundamento de todos los demás derechos sociales, garantías y libertades de la persona humana, tan necesarios para nuestra patria».
«La interrupción voluntaria del embarazo introduce el aborto al nivel más alto de la jerarquía de la norma, es decir, constitucional, excluyendo la objeción de conciencia individual e institucional en una clara vulneración de la libertad de conciencia», cuestionó.
Godoy además agrega que el texto constitucional no reconoce «ningún derecho a un ser humano en gestación en el vientre materno».
«Nada de esto se menciona en su carta al Pueblo de Chile, lo que no es aceptable proveniente de mujeres consagradas a Dios, que públicamente toman partido por una posición eleccionaria que aprueba lo que va contra lo más propio del Evangelio: la dignidad de la persona», les reprochó el obispo.