Se aparta del proceso al primer vocal, el juez Rafael Escot por considerar que hay sospechas de imparcialidad y trato discriminatorio hacia los testigos sobrevivientes.
En la mañana del viernes se conoció la decisión del tribunal integrado por las juezas Gabriela Urciuolo, María Belén Salido y María Belén Renna de recusar al juez Rafael Escot apartandolo del segundo megajuicio por los abusos en el instituto Próvolo que comenzó hace poco más de un año. El pedido fue hecho por el fiscal Alejandro Iturbide y Oscar Barrera representante de una de las partes querellantes y por los abogados de sobrevivientes Sergio Salinas y Lucas Lecour.
Hay que recordar que este tribunal se conformó en junio de 2021 por Urciolo (Presidenta), Rafael Escot (1° vocal) y Belén Salido (2° vocal) luego de conocerse un repudiable hecho con el juez Horacio Cadile donde se filtraron mensajes privados en los que se se bromeaba sobre la monja Kosaka.
Ahora es al primer vocal, el juez Escot, al que se le pidió la recusación es decir que se aparte del proceso por sospechas de imparcialidad fundadas en los distintos comportamientos específicamente durante la audiencia del día 16 de agosto y de otras anteriores en donde según la resolución “denotan de su parte un trato discriminatorio hacia testigos discapacitados”.
La actitud rígida del juez a implementar las flexibilidades que son necesarias en este tipo de proceso donde la mayoría de los testigos son hipoacúsicos son una de las causas de su recusación. La denuncia se justifica cuando la mañana del 16 de agosto uno de los testigos, que declaraba de modo remoto desde Salta no podía ver claramente a su intérprete debido a problemas de luz en la sala de audiencias, esa vicisitud provocó el malestar de Escot, exigiendo insistentemente que las luces fueran prendidas porque necesitaba ver a las partes y lo que escribía, y reprochando que su mano le hacía sombra. No contempló el pedido del testigo que demandaba esta necesidad para poder declarar, tampoco cualquier alternativa como era una reubicación en otro lugar de la sala con más luz o una lámpara para uso particular que se ofrecía colocar en el estrado.
Otra situación se dio esa misma mañana cuando el testigo respondía diferente a lo que se le preguntaba por no comprender. Se explica que esto sucede porque la lengua de señas tiene menos palabras que el lenguaje oral y demanda más paciencia al pensar y formular las preguntas, teniendo que implementar alternativas de comunicación a la lengua de señas. Frente a este problema, Escot insistía en que contestara lo que se preguntaba, argumentó que se está perdiendo el tiempo, que no se podía contestar que “estaba en Miami si se le pregunta por caballos” los recusantes denuncian su comportamiento desadaptado a la situación cuando exige una respuesta coherente de parte del testigo de una forma reiterativa y elevando la voz.
El proceder se torna casi brutal cuando el juez expresa que ante esta dificultad de fluidez en la comunicación y respuestas del testigo se estaba ante un “diálogo de sordos”, excusándose luego que se trataba de un modismo.
Posteriormente Escot pide que se suspenda la audiencia para “descansar” o “relajarse”, exigiendo sin tener en cuenta el esfuerzo del testigo de presentarse esa mañana en un sitio que le facilitaba la conectividad, las dificultades técnicas y de visibilidad mencionadas, lo que da más razones a los recusantes para aducir un “conjunto de circunstancias que nos llevan a concluir que resulta razonables las sospechas de falta de imparcialidad invocadas”
Un segundo fundamento de sospecha de pérdida de imparcialidad se da en un adelanto de opinión donde sostienen que Escot durante la audiencia de debate, en ocasión de declaración del testigo en la Cámara Gesell, incurrió en un anticipo de valoración del testimonio cuando vuelve a suceder la dificultad del testigo de no responder específicamente lo que se le pregunta.
Nuevamente ante el pedido de tolerancia y adaptabilidad a las circunstancias por parte de la jueza Salido, Escot responde : “Tengo la tolerancia doctora, lo que pasa es que quiero que conteste la pregunta, y que la fiscalía le marque, si no, no podemos avanzar. No es falta de tolerancia, es falta de criterio. Que conteste lo que se le preguntó. Se le preguntó con quién vivía en Salta, si no sabe contestar esto no se puede hacer un diálogo, es un diálogo de sordos, y no es cuestión de Presidencia o no Presidencia, es cuestión de falta de coherencia de relato. Si la persona no tiene coherencia en el relato no podemos estar escuchándolo directamente. Terminemos la audiencia porque no tiene coherencia en el relato. Y lo estamos advirtiendo todos. Es una pérdida de tiempo realmente”.
Según los recusantes existe un adelanto de opinión sobre el resultado de una prueba que se hizo en medio del debate, mientras el mismo testigo estaba declarando. Quienes denuncian manifiestan que tienen interés en lo que está declarando su testigo y el juez le dice que el relato que está brindando es incoherente, que es una pérdida de tiempo y que se termine la audiencia. Estas expresiones que valoran los dichos del testigo, generan un temor de parcialidad. Puntualmente pueden sospechar que lo que declara el testigo va a ser valorado con las consideraciones que hace en estas circunstancias, ya fue calificado por el juez como incoherente.
El tribunal compuesto por las juezas Urciuolo, Salido y Renna resuelven apartar a Escot del juicio. Desde que comenzó el proceso de audiencias preliminares los abogados defensores de sobrevivientes vienen alertando este tipo de acciones que dilatan la sentencia final y que se suman a las irregularidades denunciadas por las familias desde hace meses por no emplear perspectiva de discapacidad y de género y vulneración de derechos donde no se restituye el derecho a la educación, trabajo, vivienda digna, salud para las familias y las sobrevivientes.