El obispo de la diócesis de Matagalpa se encuentra retenido junto a otros seis sacerdotes en el Palacio Episcopal de Nicaragua.
El régimen de Daniel Ortega continúa al acecho de la Iglesia Católica, esta vez el blanco es un sacerdote identificado como: Rolando José Álvarez Lagos, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, Nicaragua.
Múltiples han sido los ataques lanzados al representante religioso por parte del régimen nicaragüense, sin embargo, durante las últimas horas ha trascendido que Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega, acusó a Álvarez de cometer “pecados de lesa espiritualidad”.
“Hacer ostentación de impunidad es un delito, sobre todo cuando lo que se provoca es discordia, desenfrenos”, aseguró Murillo.
Como se recordará, la vicepresidente y mujer del líder sandinista calificó las críticas del obispo como una «provocación que puede ser interpretadas como un delito”.
“Son días para tomar en cuenta que en esta patria bendita hay leyes también, no se puede, no se debe infringir las leyes y mucho menos cometer delitos”.
De momento, el obispo de la diócesis de Matagalpa se encuentra retenido junto a otros seis sacerdotes desde el pasado jueves 4 de agosto en el Palacio Episcopal que está custodiado por fuerzas especiales policiales.
Según medios estatales de Nicaragua, tanto Ortega como Murillo adelantan una negociación con el Vaticano para proceder con el exilio de Álvarez.