Tras su comparecencia el pasado mes de febrero y las diligencias practicadas, el Ministerio Público ha descartado que sus declaraciones en una entrevista televisiva sean susceptibles de un delito de odio.
La Fiscalía provincial de Santa Cruz de Tenerife ha procedido a archivar las diligencias abiertas contra Bernardo Álvarez, obispo de la Diócesis Nivariense, a tenor de unas declaraciones en las que comparaba la homosexualidad con la alcoholemia, según informan fuentes del Ministerio Público.
Tras su comparecencia el pasado mes de febrero y las diligencias practicadas, la Fiscalía ha descartado que sus declaraciones en una entrevista televisiva sean susceptibles de un delito de odio.
El obispo suscitó múltiples reacciones de condena a raíz de dichas declaraciones. Más de 58.000 personas han firmado la petición para exigir el cese del prelado. La asociación LGTBI Diversas inició la recogida de firmas a través de la plataforma change.org y la trasladará al Vaticano y la Conferencia Episcopal.
Álvarez, en vista del revuelo ocasionado, envió un comunicado de prensa en el que pidió perdón y admitió que no estuvo «acertado». El obispo pidió perdón «a cuantos haya podido ofender» con sus palabras, «de manera especial a las personas LGTBI», a quienes expresó su «respeto y consideración».
Esta no es la primera polémica que protagoniza el obispo. El sacerdote recibió la primera dosis de la vacuna de Pfizer contra el coronavirus engañando a Sanidad y alegando que vivía en una residencia en la que ni siquiera tiene contacto con los internos. Además, en 2007 afirmó que algunos menores incitaban a los abusos sexuales «e incluso los deseaban».