Al menos nueve personas, la mayoría civiles, han muerto y una docena resultaron heridas hoy en un ataque suicida perpetrado cerca del aeropuerto de Jalalabad, en el este de Afganistán, y revindicado por los talibanes.
El terrorista conducía un Toyota Corolla e hizo estallar la carga explosiva al aproximarse a un puesto del Ejército situado junto al aeropuerto de esa ciudad, capital de la provincia de Nangarhar.
Según las autoridades locales, los fallecidos son seis civiles, dos guardas de seguridad y un soldado, mientras que entre los heridos hay al menos tres miembros de la misión de la OTAN en Afganistán, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).
"El objetivo era una base estadounidense, y varios soldados de EEUU murieron o resultaron heridos", afirmó a Efe el portavoz talibán Zabiulá Muyahid, que reivindicó el ataque.
El aeropuerto civil de Jalalabad está emplazado junto a la base operativa Fenty, de las tropas de EEUU en el país, sumido en una ola de violencia que ha causado la muerte de 30 personas estos días en protestas por la quema de Coranes en la base de la OTAN de Bagram.
El presidente afgano, Hamid Karzai, compareció ayer para llamar a la calma, pero miles de personas se echaron a las calles en la norteña provincia de Kunduz, donde siete soldados de la OTAN sufrieron heridas por una granada lanzada por unos manifestantes.
"No dejéis que los enemigos de la paz, de la estabilidad, del desarrollo y del pueblo de Afganistán se aprovechen de esta situación", enfatizó el presidente afgano.
Los talibanes han pedido a los soldados y policías afganos que disparen contra sus colegas occidentales desplegados en el país, y desde entonces han muerto cuatro militares de EEUU supuestamente víctimas de ese tipo de acciones.