El primer ministro canadiense invoca la Ley de Emergencias, un poder utilizado por última vez en 1970, para afrontar el caos en Ottawa tras tres semanas de conflicto.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha invocado este lunes poderes de emergencia no empleados desde 1970 para poder hacer frente a las protestas que ya duran 18 días y que han tenido cerrados algunos importantes pasos fronterizos con Estados Unidos. Las manifestaciones de camioneros contra la vacunación obligatoria para los trayectos transfronterizos, impuesta por el Gobierno liberal el pasado 15 de enero, ha paralizado además partes de la capital canadiense. “Los bloqueos están lastimando nuestro economía y poniendo en peligro la seguridad pública”, ha dicho el primer ministro en una conferencia de prensa. “No podemos permitir que estas peligrosas e ilegales actividades continúen”.
Según Reuters, que cita a la radiotelevisión pública canadiense CBC, la Ley de Emergencias que Trudeau ha puesto en marcha es una disposición poco utilizada que permite al Gobierno federal anular el poder de las provincias y autorizar medidas temporales especiales para garantizar la seguridad en cualquier zona del país debido a ciertos acontecimientos. En tiempos de paz, la única vez que se ha recurrido a esos poderes fue durante el mandato del exprimer ministro Pierre Trudeau —padre del actual mandatario— durante la llamada Crisis de Octubre en 1970, cuando se produjeron los secuestros de un político canadiense y un diplomático británico por un grupo terrorista conocido como Frente de Liberación de Quebec. Durante las dos guerras mundiales, estos poderes fueron activados también.
El pasado fin de semana, el ministro de Preparación de Emergencias, Bill Blair, reconoció la incapacidad de las autoridades para controlar la situación y dijo que el Gobierno de Trudeau estaba considerando invocar poderes de emergencia, lo que podría poner a las Fuerzas Armadas en las calles del país, según la agencia Efe. La cadena CBC ha informado, sin embargo, de que Ottawa no tiene planes de enviar militares.
El pasado domingo se puso fin a un bloqueo de casi una semana del corredor comercial más transitado de América del Norte cuando la policía canadiense desalojó por completo el puente Ambassador —que conecta la ciudad de Windsor, en la provincia de Ontario, con la estadounidense Detroit (Michigan)— bloqueado por la protesta de los camioneros contrarios a la vacunación obligatoria. Washington pidió al Gobierno canadiense la semana pasada emplear “poderes federales” para terminar con un bloqueo con “serias consecuencias” para la economía estadounidense, debido a la importancia del comercio que transita por ese puente. Las protestas han entrado ya en su tercera semana.
El autodenominado convoy de la libertad ha provocado pérdidas millonarias a los dos países vecinos y ha afectado especialmente a la industria automotriz. Las protestas comenzaron el 29 de enero cuando centenares de transportistas condujeron a Ottawa para mostrar su rechazo a la vacunación obligatoria. Otras capitales provinciales (como Quebec, Toronto o Winnipeg) se sumaron después con manifestaciones locales. La capital, cuyo centro ha quedado paralizado por cientos de camiones, declaró el estado de emergencia el 6 de febrero.