Tras casi 160 años de la promulgación de las Leyes de Reforma, 155 de la guerra que enfrentó a liberales y conservadores y a 150 años de la conmemoración de una batalla, la del 5 de mayo, en la que el Ejército Nacional vence al francés de Napoleón III, invasor que de la mano de la reacción conservadora, apoyó una mezquina conspiración religiosa fraguada por curia de la iglesia católica en contra de los intereses de una incipiente Nación, la Mexicana que tras 336 años de dominación española, afianzada por la voraz ambición de quienes se ostentan como los representantes de dios en la tierra y eran dueños del 65 por ciento de la riqueza nacional, buscaba un camino propio. Tras de concubinatos vergonzantes establecidos entre los “príncipes de la iglesia” y la dictadura de Porfirio Díaz y otros gobiernos posrevolucionarios, después de una revuelta campesina alentada por obispos y cardenales, la guerra cristera, de violar inmisericorde y sistemáticamente normas establecidas en artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos al impartir educación, hacerse cargo de instituciones de educación y monopolizar la enseñanza privada, hechos que tenían vedados, tras aliarse con los sectores mas reaccionarios del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del de Acción Nacional (PAN) e impulsar modificaciones constitucionales que penalizan decisiones que competen únicamente al “libre albedrío” de las mujeres, y tras los pactos establecidos entre políticos mexicanos y los representantes de una Nación, la vaticana, que en lo que cabe, legitimaron el “triunfo”, de Carlos Salinas de Gortari, cuestionado en la urnas, lo mismo que después de las acusaciones por pederastia y abusos contra menores, Felipe Calderón Hinojosa, titular del ejecutivo federal, militante del PAN, lejos de velar, como es su deber, por el interés general de mexicanas y mexicanos, arenga de acuerdo a la ideología de origen paterno y propone una nueva guerra, llama a sus soldados, los Senadores panistas "a dar la batalla", para que, “a pesar de ser un año electoral, se aprueben las reformas pendientes” y “defiendan” una propuesta que en los hechos promueve reformas que incrementan privilegios a los ministros de culto católico, al entregarles un botín largamente codiciado.
Iniciativa de José Ricardo López Pescador, diputado monaguillo integrante del Grupo Parlamentario del PRI, quien presenta un proyecto decreto que reforma el artículo 24 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, turnado en primer instancia a la Comisión de Puntos Constitucionales y aprobado por el pleno de la Cámara de Diputados en la sesión celebrada el 15 de diciembre de 2011,
“…la iniciativa proponía incluir el derecho a la libertad de conciencia y de religión, concibiéndolo como la libertad de tener o adoptar, o no tener ni adoptar, la religión o las creencias de su elección, así como la libertad de manifestar su religión o creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, mediante el culto, la celebración de ritos, las prácticas, la difusión y la enseñanza, siempre que no constituyan una falta o un delito sancionado por la ley.”.
Culpables del atraso educativo de país al dedicar su interés educativo sólo a los grupos de poder, interesados en recuperar el monopolio que ejercieron en la materia durante más de trescientos años mediante la falacia de privilegiar el derecho de madres y padres de familia para elegir la educación religiosa que sus vástagos debiesen recibir en la escuela pública, embuste desechado por el constituyente de 1917 que abogaba por la laicidad de la educación para eliminar la influencia nefasta de la iglesia en la formación de los que nada pueden y generar un desarrollo en niñas y niños bajo criterios científicos, libres de dogmas y fanatismo religiosos, los curas intentan recuperar de la mano de los diputados federales mas conservadores, miembros de las bancadas del PRI, PAN, soslayados por no pocos representantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y mediante un albazo legislativo, la garantía de respeto por parte del Estado, para que los padres o tutores legales decidan que tipo la educación religiosa y moral reciban sus hijos “que esté de acuerdo con sus convicciones.” (http://www.diputados.gob.mx/articulo24/), oculto tras el argumento,
de tener el derecho a decidir libremente el practicar o no una creencia religiosa y por el derecho de manifestarla en público.
Reforma rechazada por intelectuales, académicos, Senadores del PRD y del PRI, miembros de iglesias diferentes a la católica por establecer principios contrarios al Estado laico y propiciar de manera artificial confrontaciones entre grupos de interés y formas de pensar, por violentar derechos humanos establecidos en la Constitución al priorizar que los intereses económicos un grupo religioso cuestionado se impongan sobre otros y prevalezcan sobre las minorías que merecen respeto a no profesar religión alguna, por entregarle el acceso a medios masivos de comunicación, por pretender introducir la educación religiosa a las escuelas públicas, por abrir la puerta para que los ministros de culto pudieran tener legalmente el ejercicio de sus derechos políticos actualmente restringidos para ellos puesto que por su profesión se otorgan ingerencia en el que-hacer público, por modificar en los hechos, fines y principios establecidos en el artículo tres de la Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos.
