«Ya nadie se casa por la Iglesia». La concesión de un anciano sacerdote que, el pasado año, no celebró boda alguna, sirve para ejemplificar una realidad, aumentada por la pandemia, pero que viene siendo tendencia desde que en 2009 los matrimonios civiles superaron a los religiosos en España. Sólo uno de cada diez bodas en España son religiosas, según los últimos datos del INE.
En concreto, el Instituto Nacional de Estadística apunta que nueve de cada 10 matrimonios celebrados en 2020 fueron civiles (hubo 80.774). En cuanto a los matrimonios eclesiásticos, desde que en 2009 se vieron superados por los civiles, el porcentaje que suponen respecto del total ha ido decreciendo paulatinamente.
Esta tendencia se acentuó en el año 2020, cuando hubo 9.444 matrimonios católicos. Esta cifra supuso el 10,5% del total, casi la mitad que el 20,8% de 2019. Pero es que en 2019 hubo 33.869 bodas católicas. Por su parte, los matrimonios celebrados por otros ritos representaron el 0,05% del total.
Aunque hay que contextualizar los datos dentro de la pandemia (los matrimonios se desplomaron hasta un 45,7% menos que en 2019), lo cierto es que la tendencia a la baja, en el caso de las bodas religiosas, es una constante.
El dato es por sí mismo revelador. Pero la gravedad del fenómeno se comprende mucho mejor si observamos la tendencia a largo plazo. En 2001 el 73,1% de los matrimonios celebrados en España eran católicos. Ocho años después el porcentaje se había reducido al 45,5%. A mediados de la pasada década caía hasta el 31,7%. El año pasado, apenas superaba el 20%. Ahora, sólo uno de cada diez. Un proceso muy rápido.
Hace 20 años, hubo en España 163.000 bodas católicas. En 2020, no llegaron a las diez mil. Frente a ello, los ritos civiles pasaron de 44.779 en 1996 a 129.000 en 2019. Y es que (pandemia aparte) la gente se casa cada vez menos. Pero los que lo hacen, ya no pasan por el altar.