Más de 37.000 personas se manifestaron este sábado en Francia, según cifras del ministerio del Interior, convocadas por organizaciones de izquierda para denunciar «los ataques contra las libertades» que aumentan, a su juicio, por el auge de la extrema derecha y las leyes «liberticidas».
Las organizaciones que convocaron esta «Marcha de las Libertades», celebrada en 119 ciudades, consideran que este asunto se ha impuesto en la izquierda, a un año de la elección presidencial y ante la progresión de la extrema derecha.
En París, donde desfilaron unas 9.000 personas, un joven echó harina a la cara del líder izquierdista de La Francia Insumisa (LFI) y candidato a la presidencial, Jean-Luc Mélenchon, cuando atendía a la prensa.
Mélenchon habló de una «enorme tensión» y «un límite que se cruzó», días después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, recibiera una bofetada durante una visita en el sureste de Francia.
Estos incidentes se suman a un ambiente ya tenso por las protestas de policías y el avance de la Agrupación Nacional (extrema derecha) en los sondeos, en un contexto de división de la izquierda sobre laicismo, libertades y seguridad.
Según las encuestas de opinión, las formaciones de izquierda no lograrían pasar al balotaje de la presidencial, que enfrentaría el actual mandatario a la líder ultraderechista Marine Le Pen.
Los manifestantes también cargaron contra el gobierno de centro derecha de Macron y contra la derecha, a los que acusan de seguir la estela de la extrema derecha, y contra sus recientes «leyes liberticidas».
Las ideas de ultraderecha «ya no son el monopolio de los partidos de extrema derecha (…) y se difundieron mucho en la clase política», aseguró el ex candidato socialista a la presidencial de 2017, Benoît Hamon.