El pleno del Parlamento Europeo avisa de que las relaciones con el Gobierno de Ankara han llegado a su punto más bajo y deben ser reevaluadas. Advierten al Consejo de que cualquier agenda positiva con Turquía debe estar condicionada al cumplimiento de reformas democráticas.
El Parlamento Europeo sigue siendo partidario de mantener, de momento, la puerta abierta a Turquía en su proceso de adhesión a la Unión Europea pero advierte al Gobierno de Tayyip Erdogan de que el momento de las palabras ha pasado y que ahora hacen falta “hechos” porque es “la falta de voluntad política de la parte turca la que ha conducido a la situación de congelación del proceso”, lamenta el eurodiputado y ponente del informe anual sobre Turquía, el socialista español Nacho Sánchez Amor.
El documento, que ha recibido este miércoles el respaldo mayoritario de la Eurocámara, alerta del retroceso en el estado de derecho y los derechos fundamentales, la falta de independencia del poder judicial y la «hipercentralización» del poder en el presidente. “Turquía es un país candidato lo que significa alinearse progresivamente, converger en intereses, valores, análisis y propuestas” pero “lo que hemos vivido es una continua divergencia en todos los aspectos de la relación”, ha reprochado el eurodiputado sobre el que ha definido como documento “más crítico” de toda la serie histórica del Parlamento Europeo y que ha sido aprobado por 480 votos a favor, 64 en contra y 150 abstenciones.
El documento expresa así la preocupación de la cámara por el distanciamiento continuo y cada vez mayor de Turquía respecto a las normas y valores europeos, con medidas unilaterales en el mediterráneo y declaraciones provocadoras contra la UE y los Estados miembros que han colocado la relación “en uno de los peores momentos de su historia”. Por ello, la Eurocámara pide a Turquía que de muestras creíbles de sinceridad sobre su compromiso con la UE y avisa de que los valores democráticos y los derechos de las mujeres siguen siendo cuestiones de especial preocupación.
Liberación de periodistas y académicos
Los eurodiputados también advierten de que si Ankara no revierte la tendencia negativa, la Comisión Europea debería recomendar la suspensión formal de las negociaciones de adhesión, aunque “por inteligencia política y un ejercicio de realpolitik” el “Parlamento mantiene la puerta abierta”, ha explicado Sánchez Amor. Pese a esta conclusión, el tono del informe es contundente. Los eurodiputados piden a Ankara que libere a todos los defensores de los derechos humanos, periodistas, abogados, académicos y otras personas detenidas por el gobierno con cargos infundados.
También ven con preocupación la política exterior hostil en el mediterráneo, la implicación de Turquía en conflictos en Siria, Libia y Nagorno-Karabaj y urgen al Gobierno turco a reconocer el genocidio armenio porque allanaría el camino hacia una reconciliación entre los pueblos turco y armenio. En cuanto a la política migratoria, subrayan que es “inaceptable” utilizar a los inmigrantes y refugiados como moneda de cambio y como elemento de chantaje.
El informe también lanza un mensaje al Consejo y a los gobiernos europeos a quienes recuerda que cualquier agenda positiva con Ankara deberá incluir la exigencia de reformas democráticas. “Cualquier oferta de una agenda positiva tiene que tener una condicionalidad democrática fuerte. El Consejo ha ofrecido a Turquía negociar una nueva unión aduanera. Si esa unión aduanera no conlleva reformas democráticas este Parlamento Europeo no la va a pasar”, ha avisado Sánchez Amor que ve en el proceso de adhesión “la mejor palanca” para que Ankara haga las reformas que le deben acercar a la Unión Europea.