El lunes, después de 12 horas de discusiones, la canciller había decidido poner el cerrojo durante el largo fin de semana de Pascuas a todos los comercios, y permitir oficios religiosos solo por videoconferencia. Algo que soliviantó a los líderes católico y evangélico. La presión ha surtido efecto. Considerada insuficiente por los científicos, la «pausa» era criticada por diversos sectores, desde asociaciones de comerciantes por el impacto económico hasta los cristianos privados de misas presenciales.
El lunes, después de 12 horas de discusiones, la canciller había decidido poner el cerrojo durante el largo fin de semana de Pascuas a todos los comercios, y permitir oficios religiosos solo por videoconferencia. Algo que soliviantó a los líderes católico y evangélico. La presión ha surtido efecto
Considerada insuficiente por los científicos, la «pausa» era criticada por diversos sectores, desde asociaciones de comerciantes por el impacto económico hasta los cristianos privados de misas presenciales
La canciller alemana, Angela Merkel, reconoció el miércoles haber cometido “un error” y pidió “perdón” por haber intentado endurecer las restricciones contra el covid-19 en Alemania en la semana de Pascuas, con el cierre de comercios y oficios religiosos.
La tercera oleada epidémica se volvió un viacrucis para la canciller, cuyo partido está en caída libre en las encuestas, hasta el punto de volver a barajar las cartas a seis meses de las elecciones que marcarán el final de sus 16 años al mando de Alemania.
En una alocución solemne este miércoles, la canciller hizo el ‘mea culpa’. «Un error debe llamarse error y, sobre todo, debe corregirse».
«Este error es únicamente mío», admitió Merkel, pidiendo «perdón a los alemanes», antes de acudir a la Bundestag, la cámara baja del parlamento, para una sesión de preguntas y respuestas que se anunciaba tensa.La idea del endurecimiento de las medidas durante cinco días durante Semana Santa (del 1 al 5 de abril) fue pensada «con las mejores intenciones», pero «no se puede hacer en un lapso corto», afirmó.Poco antes, Merkel había convocado sorpresivamente a una reunión de crisis a los 16 estados-regiones, dos días después de una cumbre anticovid que cristalizó todos los descontentos.
El lunes, después de 12 horas de discusiones, la canciller había decidido poner el cerrojo durante el largo fin de semana de Pascuas a todos los comercios, y permitir oficios religiosos solo por videoconferencia. Algo que soliviantó a los líderes católico y evangélico. La presión ha surtido efecto.
«La situación es grave. El número de casos aumenta exponencialmente y las camas de cuidados intensivos se vuelven a llenar», advirtió la canciller, al terminar la reunión del lunes.
La variante británica, agregó, puso en una «nueva pandemia» a Alemania, que ha superado la barrera de las 75.000 muertes debidas al covid-19.
Además de la prolongación de las restricciones actuales hasta el 18 de abril, como la limitación de las reuniones privadas, el gobierno también había prohibido los alquileres para vacaciones en Semana Santa en todo el país.
Este miércoles se dio marcha atrás. Después de un examen jurídico por parte de varios ministerios, surgieron muchos problemas en la organización de esta «pausa», explicó el presidente del partido conservador CDU, Armin Laschet.
Considerada insuficiente por los científicos, la «pausa» era criticada por diversos sectores, desde asociaciones de comerciantes por el impacto económico hasta los cristianos privados de misas presenciales.