Lo que celebramos en Navidad, lo que siempre se ha celebrado en estas fechas desde los tiempos mas antiguos de nuestra historia, es el nacimiento del sol, el solsticio, durante tres días el sol queda parado, descansa y luego con nuevo ímpetu comienza su ascensión que nos traerá el calor, las flores de primavera y los frutos del verano, en una palabra, la vida, una vida que se renueva en cada ciclo y que hace creer a algunos que pudiera ser eterna, quizás, aunque el polvo de estrellas del que estamos hechos tuvo un principio y seguramente tendrá un fin.
Todo esto es sencillo, fácil de comprender, pero ha sido y sigue utilizándose por diversas religiones y sectas para engañar a las gentes, retorcer sus conciencias con historias inventadas y que debemos creer so pena de castigos y desgracias. En estas fechas debemos celebrar las fantasías y afabulaciones, la fábula de Cristo, de nuestra inevitable secta romana.
Es la fiesta de los niños, dicen, puesto que jaleamos el nacimiento de uno que nació sin sitio donde meterse, como hoy día otros muchos, y en su nombre debemos cantar y bailar y regalar todos lo que podamos a nuestros hijos y a los mayores si alcanzamos, los regalos están bien, nos acercan los unos a los otros, seria mejor hacerlos cuando buenamente quisiéramos y no impuestos en fechas determinadas, pero quizás el comercio, entidad suprema, sufriría.
Lo que ya no me parece tan bien son las mentiras y las historias que los acompañan, hacemos vivir a nuestros hijos en un mundo inexistente de ángeles, pastores, nacimientos milagrosos, reyes que no se sabe de donde vienen pero que traen regalos, y todo esto certificamos con nuestra autoridad de padres y adultos que es cierto y que deben creerlo para tener regalos, también es una manera de mantenerlos dóciles, “sino obedeces los reyes te traerán carbón” se dice aun a los niños, me gustaría que alguno espabilado dijera a sus progenitores que las minas de carbón están cerradas y que prefiere petróleo.
El cuento de Papa Noel también es estúpido con su trineo y su capucha viene del norte para traer lo que se le diga, en la tele lo vemos pasar y repasar, los comercios exhiben los encapuchados rojos y barbudos, supongo que los niños deben creer en la existencia de estos entes, como lo hacíamos nosotros. Así acostumbramos a nuestro hijos a vivir en una mentira permanente, en un universo fantástico donde los ángeles vienen del cielo a cuidarles, donde el demonio los acecha dispuesto a arrastrarles a las llamas, creen en milagros y les enseñan a rezar a esos seres tan extraños como inexistentes, cada noche, así obtendrán todo lo que deseen y además sin gran esfuerzo, una oración y curado, una estampita milagrosa y sus parientes serán curados o escaparan a la muerte, hay personas que arrastran el sentimiento de culpabilidad toda su vida creyendo ser los causantes de las desgracias de los suyos por no haber sido bastante obedientes a los mandamientos de dios.
Los niños crecen, se convierten en adultos pero en su interior siempre queda esa desconfianza hacia los que les contaron como cosas ciertas lo que no lo era, como creer a los adultos después de tanto engaño, otras veces no llegan nunca a deshacerse de ese mundo fantástico de su infancia y lo prolongan con creencias absurdas de dioses, castigos, vírgenes milagrosas, pecados originales y otras paparruchas que les implantaron en sus mente desde la infancia, no hay mucha diferencia en creer en el Papa Noel o en un dios ensangrentando retorciéndose en una cruz, el barbudo traer regalos el cruciforme trae la vida eterna, no hay mas que creer y obedecer a la Iglesia.
Seria mejor, mas bonito, contar a nuestro hijos la verdad sobre el ciclo de las estaciones, sobre la cambiante posición del sol, sobre lo que su calor significa para nosotros y enseñarles el himno a la vida que todos podemos cantar, un canto a la naturaleza, a las flores a los árboles que nos cobijan, a los animales que nos acompañan y que también tienen derechos a disfrutar del planeta en que vivimos, aprovechar para enseñarles a respetar a todos los seres vivos, y contemplar todos unidos los astros que iluminan nuestras noches y que nos indican que no estamos solos, que formamos parte de el cosmos, contarles que no somos propietarios de este planeta sino sus huéspedes con muchos otros seres vivos que lo pueblan, y los regalos vendrán, la alegría de estar vivos, la espera del calor y la luz que recomienza, las semillas que germinan y que nos alimentaran, y otros regalos también, los del comercio,¿ por que no? Regalos paras celebrar la realidad de la vida y no a inexistentes seres que son fruto de engaño y que sirven para convertirnos en esclavos dóciles, cantemos estas navidades todos juntos un himno al sol para celebrar su nacimiento.