El Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia impuesta al docente por abusar de un niño de doce años
Abusó del niño «bajo la promesa de ponerle buena nota en la asignatura» de religión que impartía
El Tribunal Supremo ha confirmado una condena de siete años de cárcel a un profesor de religión de la provincia de Alicante que abusó sexualmente varias veces de uno de sus alumnos de doce años de edad. El acusado, según la Justicia, prometía al niño «ponerle buena nota» en religión si accedía a unos abusos que ocurrieron, entre otros sitios, dentro del colegio durante los recreos.
Los hechos, según la sentencia a la que ha tenido acceso la Cadena SER, ocurrieron en un colegio de la provincia de Alicante entre 2001 y 2002, cuando la víctima tenía doce años. El acusado era su profesor de religión y abusó del niño «aprovechando su condición» de docente, actuando «bajo la promesa de ponerle buena nota en la asignatura» si accedía a unos abusos que se produjeron incluso dentro del colegio durante los recreos.
El joven denunció los hechos una década más tarde, cuando ya era mayor de edad, describiendo cómo los abusos tuvieron lugar tanto en el propio colegio como en la casa del profesor. La sentencia refleja cómo la víctima «no ha reclamado indemnización alguna», por lo que no habrá condena económica para el profesor ni el colegio será considerado responsable civil subsidiario como es habitual en estos casos.
El Tribunal Supremo acaba de confirmar la condena que le impuso en un primer momento la Audiencia Provincial de Alicante: siete años y un día de prisión por un delito continuado de abusos sexuales con la prohibición de entablar contacto con la víctima en los próximos quince años. La Justicia también le prohíbe trabajar como profesor durante seis años más.
Conversación grabada
El Supremo rechaza el último recurso ordinario del profesor, que cuestionaba el testimonio del denunciante por el tiempo pasado y por supuestas inexactitudes en su relato. El Supremo contesta avalando al cien por cien el relato «continuado, uniforme, claro y preciso» del joven contando lo que había sucedido dentro y fuera del colegio, destacando unas conversaciones grabadas «absolutamente impropias, de la relación que debe existir entre un profesor y un alumno» con «el ofrecimiento a la realización de actos sexuales».
La sentencia, con el magistrado Andrés Martínez Arrieta como ponente, también expone un testimonio que ayudó a avalar la versión de la víctima: la directora del colegio. Compareció en el juicio celebrado en Elche para asegurar que el profesor pederasta «se encerraba en las aulas, lo que estaba prohibido, y que por él preguntaban los alumnos con tendencias homosexuales» cita textualmente.
En este tipo de casos es habitual que el centro para el que trabaja el profesor abusador sea considerado responsable civil subsidiario para hacerse cargo de las indemnizaciones en caso de concluir que cometió los abusos en el contexto de su trabajo: en este caso no se ha puesto ninguna indemnización encima de la mesa al haber renunciado expresamente la víctima.