«La solución pasa por Estados laicos donde haya una verdadera integración.»
Experta en financiación del terrorismo y blanqueo de capitales, la economista italiana Loretta Napoleoni, ha asesorado a gobiernos occidentales en materia antiterrorista. De la mano del Barcelona Center for International Affaires (CIDOB), Napoleoni advierte de la amenaza de una inminente reorganización del Estado Islámico (EI).
-¿Podemos cantar victoria en referencia al desmantelamiento del EI? No porque la situación en Siria no es estable. Podemos cantar victoria en referencia al Califato que, concebido en términos de control del territorio, ha dejado de existir. Pero no podemos decir que el Estado Islámico como organización yihadista haya dejado de existir.
–¿Está debilitado, en cualquier caso? El EI, por supuesto, está debilitado pero la realidad es que EI es solo un nombre, nada más. El nombre no es importante, lo que es importante es el fenómeno, la organización, el movimiento. Hay mucho yihadismo en el norte de Siria, muchos grupos con nombres diferentes que conforman el fenómeno del yihadismo entendido como la lucha contra los valores occidentales. No hemos destruído el fenómeno del yihadismo. No es tan fuerte como antes pero existe.
-¿Tiene capacidad de rearmarse? Sí, por supuesto. El yihadismo sigue vivo y se está rearmando. Hay estados e individuos musulmanes que financian a estas organizaciones y las propias organizaciones controlan actividades ilegales en el norte de Siria. A día de hoy, siguen teniendo armas.
-Se ha producido una caída de los atentados en Occidente con respecto a los años 2015 y 2016. ¿Cree que pueden volver a repuntar? Sí, creo que los atentados pueden volver si un nuevo yihadismo logra acaparar otra vez pedazos importantes de territorio.
-¿La reciente desaparición del líder de EI, Abu Bark al Bagdadi, es importante? No es importante. Como tampoco lo fue la de Bin Laden en el caso de Al Qaeda. Son personajes que ellos ven como héroes y mártires pero en realidad no son importantes. La organización la llevan a cabo otras personas, ellos son meros símbolos, iconos y el icono se puede cambiar. Los cerebros del EI no fueron iconos, trabajaron en la sombra.
-¿Cómo se financia el EI? Al principio, fue esponsorizado por los países del Golfo y cuando ganó territorio se financiaba con la explotación de los recursos; estamos hablando del agua, la producción agrícola, el petróleo y los impuestos. La organización fue muy similar a la de nuestros estados. La explotación del petróleo, por ejemplo, la llevaban a cabo los líderes de la tribu que organizaban el contrabando y pagaban un impuesto al EI. Fue una organización muy compleja, muy similar a la de un Estado, no a la de una organización terrorista. Ahora, no se sabe. No tienen un territorio, es muy pequeño como grupo y vive como una organización terrorista, es decir, de la esponsorización y la actividad criminal.
-Usted ha podido constatar la vinculación del EI y el tráfico de personas. La gente que quería salir de Siria por la guerra pagaba a los contrabandistas que, a su vez, debían pagar al EI. La organización hizo un negocio increible con los movimientos migratorios dentro de las fronteras sirias. No tenía que hacer nada, no era el EI el que hacía el contrabando pero la gente pagaba por transitar por su territorio.
-¿También hacía negocio con la inmigración clandestina que salía de Libia hacia Italia? El EI, cuando controlaba la región de Sirte, punto de partida hacia Italia, también cobraba a los traficantes de personas. Ahora no está en Sirte. Tenía un rol más grande de una organización terrorista, quería presentarse como una entidad de Estado que controlaba y garantizaba la seguridad. Las personas, antes de salir hacia Europa, eran sometidas a un adoctrinamiento yihadista para que si, un día, vivían en Europa se pudieran convertirse en terroristas potenciales. Un trabajo muy interesante a largo plazo.
-¿El EI tiene aún capacidad para secuestrar a periodistas y cooperantes con el objetivo de cobrar rescates millonarios? Ahora hay secuestros pero no son como los de antes, que generaban mucho dinero.
-¿Han sido eficientes los gobiernos occidentales en sus intentos para atajar la financiación del EI? No, lo que ha hecho Occidente es una lucha militar. El Califato ha caído por la presión militar y no por la presión económica. Es interesante porque el EI hacía negocios con Turquía, con el régimen de Asad, con Irak y no hemos hecho nada para parar este tipo de negocios. La concentración de la lucha y la victoria siempre ha sido militar, nunca económica.
-¿De ahí su capacidad para rearmarse? Sí. Además, la victoria militar no fue definitiva. Es una victoria militar y la guerra civil continúa.
-¿Los gobiernos europeos lo están haciendo bien en materia de terrorismo? No lo están haciendo bien. Es demasiado complejo. Hay errores de estrategia de hace 30 años. Comprendo cuán difícil es pero los europeos tenemos experiencia en un tipo de terrorismo muy diferente -ETA, IRA, Brigadas Rojas-, dentro de los confines nacionales, localizado y con elementos nacionalistas e independentistas. Estamos ahora ante un terrorismo global, que no es selectivo en sus víctimas, va a masacrar, no tiene objetivos concretos.
-¿Cuál es su principal recomendación a los gobiernos? Hacer políticas de integración. Cómo, no lo sé porque es muy difícil integrar. La solución pasa por Estados laicos donde haya una verdadera integración. Este modelo fue adoptado antes en EEUU. Vamos con retraso pero si no integramos, no hay solución.