El alcalde de Córdoba, el popular José María Bellido, y el obispo, Demetrio Fernández, han mantenido hoy, 17 de julio, un encuentro, que llega después de que en el pasado mandato el prelado no fuera recibido por la entonces regidora, la socialista Isabel Ambrosio.
El obispo ha asegurado que «yo insistí en mantener ese encuentro» con la anterior alcaldesa en tres o cuatro ocasiones. «El Evangelio dice que hay que insistir. Y la reunión ha llegado ahora y por ello siento alegría», ha indicado Fernández. Ha recordado, además, que sí fue recibido por el ya desaparecido Andrés Ocaña, quien fue regidor por IU entre 2009 y 2011. El prelado ha mostrado su disposición a colaborar con el Ayuntamiento.
Por su parte, el primer edil ha indicado que esta reunión se enmarca en las relaciones normales que debe tener el Ayuntamiento con la Iglesia, y con el resto de confesiones religiosas. «Lo que es raro es que no hubiera una normal reunión» entre alcalde y obispo, ha señalado Bellido, quien el pasado mandato cargó contra el carácter sectario del cogobierno PSOE-IU.
El alcalde ha señalado que las dos cuestiones en las que quiere colaborar con el Obispado son las sociales, dada la labor que realiza la Iglesia de ayuda a los más necesitados, y en materia cultural y turística, con la mirada puesta en sacar aún más partido a la Mezquita-Catedral. En esta última cuestión, Fernández ha recordado que la Iglesia nunca ha realizado un uso «excuyente» del principal monumento de la capital y ha expresado su disposición a colaborar.
La reunión supone una normalización de las relaciones entre el Ayuntamiento y el Obispado después de los numerosos encontronazos que protagonizó el cogobierno PSOE-IU con la Iglesia. El más importante fue el de la batalla por la titularidad pública de la Mezquita-Catedral, que en la práctica se quedó en un controvertido informe municipal, porque el Ayuntamiento no acudió a los tribunales. Pero sí supuso que el prelado llegara a expresar públicamente su malestar por las pretensiones del Ayuntamiento.