Crece la oleada de reacciones violentas contra los musulmanes, un día después de que el grupo yihadista Estado Islámico se atribuyera la responsabilidad de los atentados contra tres iglesias y tres hoteles de lujo del Domingo de Resurrección.
Las reacciones de la población de Sri Lanka tras los atentados contra tres iglesias y tres hoteles de lujo que acabaron con la vida de 253 personas el Domingo de Resurrección han ocasionado una oleada de reacciones violentas en el país en contra de los musulmanes.
Uno de estos ataques ocurrió en la ciudad de Negombo, lugar en el que más de un centenar de personas murieron en el atentado de la Iglesia de San Sebastián durante los servicios de Pascua. Según explica este miércoles el New York Times, un grupo de cristianos fueron de casa en casa buscando musulmanes, arrastrándolos hasta la calle para reprenderlos a golpes y amenazándolos de muerte.
Un día después de que el grupo yihadista Estado Islámico (EI) se atribuyera la responsabilidad de los atentados, los musulmanes empezaron a enfrentarse a las reacciones de turbas enfurecidas que empezaron a perseguirles. Pese a que no se ha reportado ninguna muerte por estos ataques, los musulmanes temen que sea cuestión de tiempo.
Este es el caso de Zabi, un refugiado de origen paquistaní que fue perseguido junto a sus hijos por una multitud que portaba barras de hierro. Cuando llegó a un puesto del ejército, los atacantes le dieron una fuerte paliza y exigieron a los soldados que les dejaran matarlo. “Incluso golpearon a mis hijos”, explica Zabi.
Cristianos y musulmanes, minoría en la isla
La violencia entre cristianos y musulmanes no es algo habitual en Sri Lanka, donde ambas religiones son minoritarias. La población cristiana representa el 7,4%, mientras que los musulmanes representan el 9,7%, según datos del censo de 2011.
Sin embargo, la minoría musulmana de Sri Lanka ya había sido atacada en el pasado. En marzo de 2018, las autoridades del país se vieron obligadas a declarar el estado de emergencia por enfrentamientos entre musulmanes y cingaleses budistas que se saldaron con la muerte de al menos dos personas y la quema de edificios, mientras que en 2014 se produjeron choques similares.
Los budistas representan el 70,2% de la población de Sri Lanka, y los hinduistas el 12,6%. Las tensiones interreligiosas en la isla han sido comunes en el pasado, con choques comunales y la declaración del estado de emergencia para controlar la violencia. Sin embargo, atentados de esta magnitud no habían tenido lugar desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el Gobierno, un conflicto que duró 26 años y finalizó en 2009, causando, según datos de la ONU, más de 40.000 civiles muertos.
El mismo día de los atentados, al menos una mezquita de la isla fue atacada con cócteles molotov.
Estado Islámico se atribuye los atentados
El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, manifestó que han detectado la presencia en la isla de al menos 130 personas sospechosas de tener vínculos con el grupo yihadista Estado Islámico y añadió que han arrestado a 70 de ellos.
El dirigente esrilanqués reveló que la persona que lideró los ataques del pasado domingo, ha sido identificada como Mohamed Zahran, de la formación local National Thowheed Jamath (NTJ) -a la que las autoridades señalan por los atentados-, y murió en una explosión en el Hotel Shangri-La en la capital.
Llaman a musulmanes y cristianos a rezar desde casa
Las iglesias de Sri Lanka podrán decidir si anulan los rezos del domingo y los cristianos podrán seguir las oraciones por televisión desde sus casas. Según anunció este jueves a los creyentes católicos el arzobispo de Sri Lanka, Malcolm Ranjith, los curas responsables de las iglesias locales tendrán libertad para organizar o no las misas del domingo, pero en caso de celebrarse deberán organizar controles a la entrada «para asegurar la seguridad de quienes vayan a la iglesia».
La comunidad musulmana ha recibido la petición de quedarse en casa durante las oraciones colectivas del viernes, sea por miedo o como muestra de solidaridad hacia los católicos. «Como signo de solidaridad con la comunidad católica y muestra de protesta contra el acto bárbaro de los despiadados terroristas, pido a mis hermanos musulmanes que no acudan a las plegarias colectivas mañana (viernes)», afirmó en un comunicado el ministro de Asuntos Religiosos Musulmanes, Abdul Haleem Mohamed Hashim.
La asociación de clérigos musulmanes All Ceylon Jamiyyathul Ulama (ACJU) también pidió a los esrilanqueses de esa religión que se abstengan de participar en la oración colectiva en las mezquitas y que recen en casa si sienten «miedo» ante la tensión que se vive en el país o «si se necesita proteger a familiares y propiedades».
Miles de soldados protegen a los musulmanes
Miles de militares de las Fuerzas Armadas ceilandesas se han desplegado este viernes para proteger a los musulmanes que han acudido al rezo del mediodía del viernes, el más importante de la semana y el primero que se celebra desde los atentados.
Tras escuchar la llamada a la oración, los musulmanes se han encontrado con una imagen poco habitual cuando han llegado a la mezquita de cúpula dorada de Colombo, el despliegue de militares armados con fusiles de asalto junto al templo.
La seguridad se ha reforzado en la principal ciudad del país tras la cadena de atentados del 21 de abril. Cerca de 10.000 militares se han desplegado en diferentes puntos del país para proteger los centros religiosos y también para llevar a cabo redadas en busca de implicados en los ataques.
El temor a ataques de represalia por los atentados del Domingo de Resurrección ha llevado a los miembros de comunidades musulmanas a abandonar sus hogares por las amenazas de bomba, las operaciones de seguridad y los cierres de determinadas zonas.