El problema religioso no es reciente, se arrastra desde el siglo VII. Sri Lanka es una isla cercana a la India que ha luchado por ser independiente básicamente porque existe una población étnica que ahora es minoritaria, pero que es autónoma de ese país: los Tamils.
Hay que entender que los conflictos en Asia, más en la India y en Oriente Medio, están basados en pertenencias ideológicas.
En el caso de Sri Lanka se divide en los budistas e hindúes con cristianos y musulmanes. Obviamente su misma forma de adhesión a una religión hace que cumplan ciertos preceptos, pero estos son casi incomprensibles para el Occidente; la guerra santa y la guerra con el ofrecimiento de la vida -a cambio de ir a una dimensión mayor-, sobre la base de un nacionalismo o reivindicación cultural.
Después de la percepción de las cruzadas esto no es muy distinto. Hay una violación muy grande y alta sobre la presencia y la expansión del cristianismo.
Casi todos los Tamils tienen un código religioso político. Este país tiene al igual que la India un sistema de castas (es decir, uno nace y muere en una casta religiosa y étnica), mientras que en el Occidente tenemos clases sociales (determinadas por el poder adquisitivo). El problema surge cuando la religión cristiana cuestiona dos cosas para las regiones budista e hindú:
1. El sistema de casta, porque los católicos no establecen una distinción entre semejantes.
2. El Occidente no cree en deidades, porque solo existe un Dios verdadero. Tanto el budismo como el hinduismo creen en varios dioses.
3. Los católicos no creen en la reencarnación.
En el Occidente la religión marca, pero no genera guerras.
Para ellos esto cuestiona la misión divina de rescatar al pueblo Tamils de la injerencia de los extranjeros con el ofrecimiento divino. Hay que ver con objetividad, que cuando se habla del ataque a las iglesias y hoteles, es porque los extranjeros son simbolizados con EE.UU. y a veces es interpretado como un símbolo de perversión social. (O)