Tratan de restar importancia reduciendo cifras y calificando vejatoriamente a los partipantes.
Los medios ultra católicos tratan de reducir la creciente oposición a las visitas papales. Pese a reconocer la creciente oposición, tratan de denostarla con reducción de cifras, así las más de 20.000 personas que asistieron en Madrid se reducen a las 5000 de previsión inicial y vuelve a poner el acento en las "menores asustadas", que fueron convocadas por la JMJC para acudir a Sol e impedir el paso de la manifestación legal que convocamos más de cien organizaciones sociales bajo un manifiesto laicista que criticaba la presencia de un líder religioso a cargo del erario público, y que trataba de evangelizar con mensajes contrarios a las leyes de nuestro Estado. Aspecto que la FIscalía ha resuelto decretando que Ratzinger, como Jefe de un Estado extraj¡njero tiene inmunidad diplomática y no puede ser perseguido por estos delitos.
Así recoge Forum libertas la noticia sobre las manifestaciones contra la visita de Ratzinger, acostumbrados como estaban a que las visitas de anteriores papas fueran recorridos sin incidentes ni oposición de la ciudadanía. Algo que ha pasado a la historia y la ciudadanía no está dispuesta a seguir en silencio ante los atropellos de las Administraciones al pagar los fastos de estos actos, y de los discursos contra derechos humanos fundamentales de sus líderes religiosos.
En Galicia, que también recibió a Benedicto XVI, la manifestación anti-Papa no solo hizo el ridículo por pequeña, sino por violenta. Apenas juntó a 200 personas en la Alameda de Santiago de Compostela, según la Policía Nacional. Al intentar salir de la zona para la que tenían permiso, cruzando Porta Fazeira, 50 de ellos (uno de cada cuatro) se enzarzaron violentamente con la Policía.
El 19 de septiembre de 2010 en Londres, a pesar de un mes de bombardeo mediático antipapal en la prensa británica y de convocantes famosos del "nuevo ateísmo" como Christopher Dawkins, apenas acudieron unas 3.000 personas a la manifestación, según la Policía londinense. Hay que tener en cuenta que la muy descristianizada región de Londres tiene 20 millones de habitantes, 7 millones en la ciudad. Todo un pinchazo. En ese sentido, Berlín, con una cuarta parte de esa población, ha sacado tres veces más personas a la calle.
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