Mientras el Consejo Nacional Cristiano rechaza la norma y anuncia una marcha en protesta, otras iglesias con fuerte presencia, como la Católica, ven en ella un avance.
Ofrendas, propósitos, diezmos son algunas de las modalidades de aportes voluntarios que los fieles hacen a varias iglesias. Estas colaboraciones forman parte de los ingresos de las organizaciones religiosas, que serán normados por la Ley de Libertad Religiosa. La norma fue aprobada por el Senado el jueves y unos grupos evangélicos anuncian marcha en contra lo que consideran “control estatal”.
Mientras algunas de iglesias –como la Católica y Ekklesía– ven en la norma un avance para la libertad de religión; otras como la Iglesia Universal –Pare de Sufrir– no se han pronunciado.
El obispo auxiliar de La Paz y Secretario General de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), monseñor Aurelio Pesoa, consideró que la nueva ley se constituye un marco jurídico necesario para regular la actividad de diferentes grupos religiosos en el país.
“A pesar de algunos vacíos y la falta de acuerdo consideramos que representa un avance”, dijo la autoridad católica. Añadió que “es una pena” que la ley no abarque a la objeción de conciencia.
“Esta medida no es nueva. Cada año presentamos un informe económico a la Cancillería. Cumplimos con la ley y lo seguiremos haciendo, lo único que pedimos es libertad para predicar la palabra de Dios”, manifestó el pastor del Ministerio del Nuevo Pacto Poder de Dios, Marco López.
Por su parte el Concejo Nacional Cristiano (CNC) hizo público su rechazo. “Rechazamos esta ley en su totalidad. La fe no se puede legislar”, dijo el representante del CNC, Luis Aruquipa y anunció una marcha “por la fe” desde Carollo en los próximos días.
Sembrar para cosechar
El artículo 12 de la Ley de Libertad Religiosa establece: “Los ingresos y patrimonios de las organizaciones religiosas y de creencias espirituales sin lucro deben ser destinados exclusivamente al logro de su objetos y fines establecidos”. En otro parágrafo explica “En ningún caso los ingresos o patrimonios podrán ser distribuidos directa e indirectamente entre sus miembros o integrantes”. El diputado del MAS Víctor Borda indicó que no estipula el control de diezmos.
“No tenemos un conteo oficial de cuantos fieles tenemos. Las cifras varían. Igual que los aportes que nos dan, no hay un monto exacto o constante. Es voluntario”, señala el pastor López desde uno de los templos más grandes de La Paz: La Casa de Dios.
La edificación inaugurada en 2012 está ubicada en los predios que hace años pertenecía a la Salvietty. Allí funcionan hoy un comedor popular, dos templos, oficinas y algunos negocios.
Sus reuniones principales se realizan los domingos. La más multitudinaria reúne a más de 1.000personas, un conglomerado que en las posteriores sesiones merma hasta reducirse a unas decenas.
Entre semana, el templo menor abre sus puertas a las 5:00. El ambiente se parece al de un coliseo pequeño. En grupos o a solas, varias personas ocupan un espacio en las graderías. Hay quienes caminan levantando las manos en movimientos repetitivos, otros se arrodillan para orar.
“Es la fe, usted puede ver en las reuniones de domingo cómo Dios obra en la sanidad de los hermanos y hermanas”, dice doña Patricia, una de las asistentes. “Yo doy ofrenda voluntariamente, para que la palabra llegue a otros y para ayudar a los que lo necesitan”, afirma.
A este templo llegan varias personas de escasos recursos que no están en condición de dar un diezmo o un aporte. “Nosotros no obligamos a nadie, no pedimos diezmo y no discriminamos. Para nosotros lo importante es la salvación de las almas y la libertad de predicar”, dice López.
Explica que la Iglesia y su canal de televisión se mantienen no sólo de aportes, sino de actividades extras y la venta de algunos productos. Cuenta que hay meses en los que no les alcanza pero que se dan modos para mantener el templo, la televisora y el comedor.
“Es parte de nuestra obra social, ahí damos comida a niños que no tienen recursos sin distinguir si sus familias son o no parte de la Iglesia. Pueden venir todos”, indica el pastor.
Todas las iglesias coinciden en que los diezmos y las ofrendas son voluntarios; pero cada una tiene una forma distinta de entender estos aportes. En algunas se consideran “una siembra de fe para la cosecha de milagros”.
“Al principio, uno viene buscando soluciones, pensando que el milagro llegará de la nada, pero no funciona así.
Lo importante es aceptar a Jesús como salvador y la fe en Él mejorará tu vida. Él es padre y no quiere que sus hijos suframos, nos quiere prósperos y sanos, pero para recibir hay que dar”, comenta un asistente al templo Pare de Sufrir.
Allí, en la calle Ayacucho, pasadas las 20:00, un grupo de unas 60 personas se congrega dentro de lo que hace años fue el cine Scala. Los comerciantes cercanos aseguran que las reuniones principales siempre están llenas, sobre todo las que tienen como fin la sanidad o la prosperidad.
“Son cadenas. Debes asistir cada semana y vas a ver cómo todo mejora”, afirma “la obrera”, como se llama a quienes ayudan al pastor. Éste tiene acento brasileño.
Aquí el ritmo de aportes económicos es diferente. Hay ofrendas, diezmos, y propósitos. Cada uno es un aporte específico y tiene sus propias características.
“Antes de empezar la oración las personas que tengan sus propósitos pueden pasar a dejarlos”, ordena el Pastor. Los fieles sacan unos sobres blancos con el versículo “Y Jesús le dijo: vete , tu fe te ha salvado (Marcos 10:52)”. Nadie ve la cantidad de dinero que contienen. “Del tamaño de la siembra será su cosecha de milagros”, recuerda “la obrera”.
Esta ofrenda es recaudada durante toda una semana. Pasados los siete días, los fieles se llevan el sobre vacío y lo entregan lleno la siguiente semana.
La prédica no es un monólogo. En medio, los creyentes dan sus testimonios. Algunos cuentan cómo un cáncer desapareció o como el dolor dejó de atormentarlos tras su conversión.
Como parte de los ritos cada asistente recibe un trozo de tela considerado santo. Con él se cubre la parte enferma de su cuerpo para que el pastor expulse de ella el “demonio del sufrimiento”. Antes de proceder se pide a los fieles que den una segunda ofrenda. Antes de despedir el culto se reparte un nuevo sobre semanal y se ofrece otro de color rojo. Ése es el del diezmo.
La Iglesia adventista
Página Siete consultó a la Iglesia adventista, que tiene fuerte presencia en el país, su posición sobre la norma aprobada por la Cámara de Senadores. En un pronunciamiento, esta Iglesia señaló que defiende el derecho de libertad religiosa, que consiste “en el derecho inalienable de todos a creer y adorar a Dios según el dictado de su propia conciencia, sin coerción o restricción civil”.
En el documento se expone que la libertad de religión incluye dos puntos. El primero es el derecho fundamental a tener, adoptar o cambiar la religión o creencias de acuerdo con la conciencia individual, además de manifestar y practicar la religión en oración, devociones, testificación y enseñanza. Incluye la observancia de un día de descanso y adoración semanal en armonía con los preceptos de la religión adoptada.
El segundo punto menciona: “el derecho a publicar revistas y libros, patrocinar el funcionamiento de centros educativos en todos los niveles, determinar libre y eclesiásticamente su doctrina, nombrar ministros, pastores y oficiales de Iglesia sin interferencia exterior”.
Indica también que entre los principios fundamentales que rigen su posición sobre la política está la separación entre la Iglesia y el Estado como la mejor salvaguardia para proteger el derecho a la libre creencia.
“El precepto constitucional respeta y protege la libertad religiosa siguiendo las líneas de los tratados internacionales sobre derechos humanos. En este entendido, toda ley que se legisle como el Proyecto de Ley de Libertad Religiosa, Organizaciones Religiosas y de Creencias Espirituales debe contemplar ampliamente el derecho de libertad religiosa ya resguardada por el texto constitucional, y como adventistas unimos nuestros esfuerzos para que así sea y oramos por nuestros líderes civiles para que Dios les otorgue sabiduría y un adecuado juicio al momento de revisar, aprobar y promulgar leyes de esta naturaleza”, sostiene.
Libertad de religión
El proyecto de Ley de Libertad Religiosa, Organizaciones Religiosas y Creencias Espirituales se construye desde 2014, cinco años después de que Bolivia se declarara laica.
2009 Bolivia aprobó la nueva Constitución Política del Estado (CPE). El artículo 4 establece que el Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales. El Estado es independiente de la religión.
2010 La Unidad de Cultos del Ministerio de Relaciones Exteriores redactó un Reglamento de Cultos, en el que se establecía un control financiero a los diezmos y ofrendas en iglesias evangélicas. Quedó en suspenso.
2013 Se aprobó la Ley 351 de Otorgación de Personalidades Jurídicas que toma en cuenta a las iglesias, organizaciones religiosas y otras instancias colectivas.
2014 El Gobierno inició la construcción de la Ley de Libertad Religiosa en acuerdo con diferentes representantes de la Iglesia evangélica. El trabajo se extendió por más de cuatro años.
2018 Las iglesias evangélicas y el Gobierno acordaron tres puntos para la redacción del proyecto de Ley de Libertad Religiosa: garantía de la libertad de culto, la independencia del las instituciones democráticas, trabajo social conjunto.
2019 La norma fue puesta a consideración de la Asamblea Legislativa Plurinacional donde fue aprobada en grande y en detalle en la Cámara de Diputados. El documento se encuentra en Senadores.