Las bodas civiles duplican a las religiosas en la provincia, según los datos que se hicieron públicos en el acto de apertura del año judicial en el Tribunal Eclesiástico, que tuvo lugar ayer por la tarde, en el Obispado. En concreto, en el año 2017 se produjeron 1.367 enlaces matrimoniales, de los cuales 875 (64%) fueron civiles, mientras que 484 (35,4%) fueron canónicos y ocho por otros ritos.
Aunque los matrimonios eclesiásticos han descendido un 4,5% en el último año contabilizado, lo cierto es que los civiles han experimentado un descenso del 2,7%. Por ello, el vicario judicial, Julián Ros, asegura que no le preocupa sólo la bajada de los enlaces religiosos. «La preocupación que tenemos no es por el descenso de las bodas canónicas, sino por la crisis de los matrimonios en general».
Y es que la caída es mucho más pronunciada si vamos 15 años atrás, cuando se produjeron 1.738 enlaces matrimoniales, lo que supone un descenso del 21,34% en tres lustros. «Albacete es un reflejo de la situación que se vive a nivel nacional y el problema que existe es la crisis del matrimonio, el hecho de que (en España) más del 70% de los matrimonios que se celebran se rompan es un fracaso de la sociedad y hace que los jóvenes desconfíen del matrimonio, por eso se están reduciendo tantísimo las bodas», dijo Ros, que añadió que el problema es que «la sociedad no reacciona ante la crisis del matrimonio».
A pesar de los datos negativos, el vicario judicial cree que el problema tiene solución. «Esta crisis tiene solución, pasa por reforzar la valoración de la familia por una cultura de la donación, de la entrega, del sacrificio, algo que forma parte también del mensaje del Evangelio. Tiene solución, de peores cosas hemos salido. Lo que ocurre es que mientras cabe mucho sufrimiento, porque cada ruptura matrimonial es el sufrimiento de los que rompen la pareja, de sus hijos, de sus hermanos, de sus padres, es un dolor tremendo».