Al menos 42 personas murieron en un ataque perpetrado el jueves supuestamente por antiguos miembros de las milicias musulmanas de Séléka contra la diócesis y la catedral del Sagrado Corazón en la localidad de Alindao, en el centro sur de República Centroafricana, según han confirmado fuentes del interior del país a las agencias de noticias católicas CNA y Fides.
Según Fides, el ataque, que también alcanzó a un campo de refugiados anexo, habría sido orquestado por el grupo conocido como Unidad para la Paz en el Centro de África, a las órdenes del general Alí Darassa, una escisión de las milicias musulmanas, enfrentadas desde hace años a las fuerzas anti-balaka, principalmente cristianas. El país sigue convulso pese a que Francia propuso la extensión durante un año de la misión de paz de la ONU en el país, la Minusca.
Entre los fallecidos se encuentra el vicario general de la diócesis, el abad Blaise Mada, y se cree que un segundo sacerdote, el padre Celestine Ngoumbango, también podría haber muerto. Las cifras todavía no son definitivas y algunas fuentes de ambas agencias apuntan que la cifra de muertos podría llegar al centenar.
«Las fuerzas rebeldes ex Séléka atacaron a los refugiados, casi todos cristianos, en el recinto de la Catedral de la Diócesis de Alindao. Noticias oficiales hablan de 42 muertos, las no oficiales de otros 100», alertó la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) sobre el ataque.
La cifra de 42 fallecidos fue posteriormente confirmada por un diputado de Alindao, Etienne Godenaha, a la agencia Reuters. «Hemos contado 42 cuerpos hasta ahora, pero todavía estamos buscando a otros. El campo ha ardido hasta los cimientos. La gente ha escapado a la selva y a otros campos de desplazados», ha indicado Godenaha.
El coordinador humanitario de Estados Unidos en la República Centroafricana, Najat Rochdi, expresó su consternación en un comunicado donde ha denunciado este «inaceptable círculo vicioso de ataques repetidos contra civiles» en el país africano. Miles de personas han muerto y una quinta parte de los 4,5 millones de habitantes de la República Centroafricana han huido de sus hogares por el conflicto.