La Conselleria asume el sueldo de 62 capellanes católicos siguiendo un acuerdo entre el Estado y la Conferencia Episcopal firmado en 1985
La Conselleria de Sanidad destinó el año pasado 856.109 euros de su presupuesto para pagar a los 62 capellanes católicos que ofrecen sus servicios de asistencia religiosa en 25 hospitales de la red sanitaria pública. Así consta en una respuesta emitida por el Servicio de Gestión Presupuestaria del Consell a una petición de información de un particular que quería saber cuánto se gasta la administración sanitaria valenciana en que los enfermos tengan también asistencia espiritual, al menos católica, durante su estancia hospitalaria, tal como predica la Organización Mundial de la Salud.
Según la respuesta oficial del Consell, Sanidad tiene «en plantilla» 62 capellanes, 46 a jornada completa y otros 16 a media jornada procedentes de los arzobispados de Orihuela-Alicante, de Segorbe-Castellón y de València. Este es el que más capellanes tiene en hospitales públicos, hasta 36, repartidos desde el centro público de Vinaròs hasta el Clínico de València o el hospital de Requena. Solo estos 36 sueldos suponen más de la mitad del presupuesto: 492.249 euros del total de 856.000 frente a los 277.265 euros para los capellanes de Alicante o los 86.594 para los 6 destinados a hospitales castellonenses. El sueldo medio a jornada completa, según estas cifras es de 15.570 euros.
El pago no es, sin embargo, algo nuevo ya que es un gasto «fijo» para la Conselleria de Sanidad desde que en 1985 el Gobierno de Felipe González suscribiera un acuerdo entre el Estado y la Conferencia Episcopal para garantizar la prestación de asistencia católica religiosa en los hospitales. Ya entonces el acuerdo transfería la responsabilidad del pago al entonces Instituto Nacional de Salud. Este acuerdo entre la Generalitat Valenciana y la Iglesia católica tiene además «vigencia indefinida», según han apuntado fuentes de la Conselleria de Sanidad.
El convenio suscrito en su día especifica que, además de pagar los sueldos de los curas, la administración sanitaria debía también facilitar los recursos materiales necesarios para que esa atención espiritual se pueda realizar sin problemas. Según fuentes de Sanidad, en la mayoría de hospitales valencianos hay espacio para la Iglesia católica, al menos con una capilla y un despacho o una zona que puede ser utilizada por esta u otras religiones. En la orden que regula este acuerdo se incluye, incluso, la reserva de un lugar para residir «o al menos pernoctar».
En el hospital valenciano de referencia, La Fe, existe un espacio para la religión católica pero también otro habilitado para los cultos evangélicos después de que en 2015 se suscribiera un acuerdo de colaboración específico.
Además de estar amparado por la OMS, la asistencia religiosa en hospitales está prevista en la Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980 que prevé que los poderes públicos deben adoptar «las medidas necesarias para facilitar la asistencia religiosa en los establecimientos públicos militares, hospitalarios, asistenciales, penitenciarios y otros».
En otro centros como en Gandia, y según información facilitada por Sanidad, hay un espacio multiconfesional que permite el culto a todas las religiones y uno para la evangélica. En el Hospital General de València, hay un espacio de reunión, «que no de culto», que es utilizado indistintamente por quien lo necesite. En el Clínico existe una capilla católica en el espacio de la universidad y se facilita «atención a demanda» de la religión evangélica.
