Un momento de la vista de ayer. Delante a la izquierda, el dominico Pascual Saturio; y a la derecha, los representantes de Europa Laica.
La Justicia determinará si estima la denuncia de Europa Laica en la que pide que le sea revocada la distinción a la patrona de la ciudad
Europa Laica denunció al Ayuntamiento de Cádiz por otorgar la Medalla de Oro de la ciudad a la patrona, la Virgen del Rosario, por considerar que no tenía validez al vulnerar el reglamento de Honores y Distinciones y el carácter aconfesional del Estado, rechazando también que el Consistorio le atribuyera “varios milagros como acabar con la peste, la fiebre amarilla y el maremoto que asolaron la ciudad en siglos pasados; algo que resulta de todo punto inaudito y nada serio tomar en consideración en pleno siglo XXI”.
La sala segunda de lo Contencioso-Administrativo es la encargada de juzgar estos hechos y de decidir si la Medalla de Oro fue válidamente concedida a la patrona o si por el contrario esa decisión tiene que ser revocada y la medalla devuelta al Ayuntamiento por parte de los padres dominicos. El gobierno local asegura que acatará la decisión que tome la Justicia. “Nosotros no vamos a declarar, pero hemos leído que otros ediles de la oposición sí lo van a hacer y finalmente será el juez quién decida si es o no procedente… nosotros actuaremos en consecuencia”, decía la jornada previa la edil Ana Fernández en declaraciones recogidas por Andalucía Información.
El teniente de alcalde Martín Vila, de Ganar Cádiz en Común, señala que en este caso “hubo diferentes sensibilidades dentro del propio equipo de gobierno, nosotros votamos en contra de otorgar esa medalla, pero estamos en otro ámbito”. Los concejales Mercedes Colombo, José Blas Fernández, Juan José Ortiz (todos ellos del Partido Popular) y Juan Manuel Pérez Dorao (portavoz de Ciudadanos), como miembros de la comisión de honores y distinciones del Ayuntamiento, declararon en calidad de testigos, y además compareció en calidad de perito el historiador Francisco Glicerio Conde, en defensa de la concesión de tal distinción.
La defensa de los padres dominicos no considera como legítimas las críticas por parte de una entidad ‘ajena’ a la ciudad, que rechaza “un tema que es exclusivo y excluyente de los ciudadanos de Cádiz” y que la concesión fue solicitada por 5.741 personas físicas y una treintena de entidades de la ciudad. El acto fue “discrecional, en ningún momento sometido a irregularidad, presión, coacción ni nada de eso”, señala el abogado de los dominicos durante la vista de un proceso que ya espera resolución.
Acatarán lo diga el juez sobre la Medalla a la Virgen del Rosario
“Lo que se va a resolver es sobre si se puede otorgar a un ser inanimado la medalla”, indicó el edil de Ganar Cádiz en Común, Martín Vila
El Gobierno Local acatará lo que depare el juicio que comienza tras la demanda que Europa Laica interpuso contra el Ayuntamiento de Cádiz por la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad a la Virgen del Rosario.
Sobre esta demanda Ana Fernández, portavoz del equipo de Gobierno indicó que “nosotros no vamos a declarar, pero hemos leído que otros ediles de la oposición sí lo van a hacer y finalmente será el juez quién decida si es o no procedente… nosotros actuaremos en consecuencia”
Por su parte, el edil Martín Vila, de Ganar Cádiz en Común, recordó que “este caso hubo diferentes sensibilidades dentro del propio equipo de Gobierno, nosotros votamos en contra de otorgar esa Medalla, pero estamos en otro ámbito. Ahora lo que existe es unas diligencias de pruebas que se ha solicitado por parte del contencioso a raíz de la denuncia”
“Ahí se dirimirá y se planteará, pero creo que el objeto no es tanto al criterio de oportunidad política, que ya pasó por el pleno y cada grupo se posicionó, sino lo que se va a resolver ahí es sobre si se puede otorgar a un ser inanimado la medalla. Por lo tanto, resolverá en el juzgado”, indicó.
Vista de prueba positiva para la Patrona
Vista de prueba en el juzgado de lo contencioso administrativo número 2 de Cádiz. Sobre la mesa la demanda que presenta la asociación Europa Laica contra el Ayuntamiento de Cádiz y que posteriomente se hace extensiva al padre Pascual Saturio y al convento de Santo Domingo representados por Martín José García Sánchez.
El letrado gaditano ha rebatido con éxito los dos argumentos que esgrime el coletivo europeo para que se le retire la Medalla de Oro de la ciudad a la Virgen del Rosario. Europa Laica sostiene que esta distinción se le tiene que retirar a la Patrona con dos argumentos: por un lado, que no puede ser objeto de concesión de la medalla porque no es persona, y por otro que los milagros y méritos que se le atribuyen son falsos.
Fue hace aproximadamente un mes cuando el padre Pascual Saturio, prior del convento de Santo Domingo recibió la demanda que se presenta contra quien dicta la resolución (Ayuntamiento) y a su vez contra la Patrona, en concreto contra Pascual porque es él quien hace la propuesta con 5741 firmas de gaditanos y 27 entidades con acta notarial.
Para la defensa Martín José García Sánchez ha preparado la contestación de la demanda y ha evidenciado que esta misma distinción se le ha concedido a entidades y no personas como el Juan Sebastián de Elcano, la joyería Gordillo o el bar Andalucía. Además ha expuesto que la medalla en sí misma no se concede a la Virgen sino a todo lo que hay tras ella, el convento de Santo Domingo y la comunidad de padres dominicos. En este caso existe un precedente también de una demanda presentada por Europa Laica. Se trata de una sentencia de Jesús el Rico de Nuestra Señora del Amor en Málaga a quien la dirección general de la Policía le concedió la medalla al Mérito Policial. Esta causa se tuvo que ver en la Audicencia Nacional en Madrid que dictó sentencia a favor de la cofradía porque el Cristo es una imagen y no es persona ni fisica ni jurídica pero se concede a lo que está detrás, a lo que supone, que es la labor de la hermandad malagueña.
Como testigos han acudido Mercedes Colombo, Juancho Ortiz, José Blas Fernández y Juanma Pérez, como miembros de la comisión de honores y distinciones del Ayuntamiento. Además ha intervenido el doctor en historia Francisco Glicerio Conde como perito para defender la existencia de la Virgen así como el padre Vicente Rodríguez.
La defensa de los dominicos ha hecho especial hincapié en que el reglamento señala que se concede tanto a personas como a entidades y también en que la propuesta de concesión de la medalla está firmada por el alcalde y se propone a petición del convento de Santo Domingo. Por su parte el abogado de Europa Laica no ha acudido a la cita.
Practicada esta prueba, que era fundamental para dejar constancia de la legalidad del acto administrativo de la concesión de la Medalla, el proceso continuará hasta que se dicte en su día la sentencia, y corresponde a la Magistrada convocar las siguientes actuaciones procesales, hasta las conclusiones de las partes.
Valoraciones positivas
El abogado Martín José García estaba satisfecho tras esta primera cita en el juzgado y apuntaba que lo más importante es que «ha quedado claro que el reglamento dice que se le concede a entidades y lo que está detrás de la Virgen es los dominicos, he salido muy contento. Había que defender un tema muy técnico e incidir en que la Medalla de Oro de la ciudad no se le ha dado a la imagen sino a lo que significa la imagen».
El padre Pascual Saturio se mostraba sobre todo agradecido por el respaldo recibido. «Agradecer a Martín que ha sido él quien ha presentado todo este proyecto y a todos los que han sido llamados, al padre Vicente y a Paco Glierio. Los testimonios han sido unánimes y estoy agradecido por el empeño de todos en reconocer los méritos del convento y de la Virgen».
La medalla y lo que hay detrás
Cuatro concejales, un dominico y un historiador declaran en el juicio por la concesión de la medalla de oro de la ciudad a la Virgen del Rosario, que queda pendiente de resolver
No cabe duda. Nunca antes la concesión de una distinción en la ciudad de Cádiz dio tanto que hablar. La última medalla de oro concedida por el Ayuntamiento sigue, más de un año después, envuelta en polémicas y pendiente de ratificación. La entrega de tal distinción a la Virgen del Rosario en mayo del pasado año, coincidiendo con el 150 aniversario de su Patronazgo, no solo pasó la criba de la comisión de Honores y Distinciones del Ayuntamiento y, posteriormente, del Pleno municipal; sino que también superó la contrariedad de los socios de gobierno -al mostrar Ganar Cádiz su disconformidad con apoyar tal concesión que sí respaldó Podemos-, o del partido del alcalde a nivel nacional -con el rechazo de Pablo Iglesias, que posteriormente volvió a referirse a este episodio en el último enfrentamiento que tuvo con Izquierda Anticapitalista-. Ahora, son los juzgados los que dirimen la conveniencia o no de esta insignia a la Patrona.
Cuatro concejales del Ayuntamiento (los populares José Blas Fernández, Mercedes Colombo y Juan José Ortiz y el portavoz de Ciudadanos Juan Manuel Pérez Dorao), un fraile dominico (Vicente Díaz) y un historiador (Francisco Glicerio Conde) declararon ayer en el juicio abierto contra esta medalla de oro. Los cinco primeros como testigos de lo ocurrido y el último en calidad de perito para atestiguar la existencia real de la Virgen.
No es que el juicio se centre sobre si la Virgen María existió o no realmente, cuestión ampliamente probada como recordó ayer el perito historiador (que se refirió a los cuatro evangelios, al evangelio apócrifo de Santiago, a las catacumbas de Santa Priscila en Roma o incluso al Corán como muestras de ello); el caso de la medalla a la Virgen del Rosario se centra en lo que hay detrás de esa concesión, de esa pieza dorada que el concejal David Navarro entregara al dominico Pascual Saturio el 21 de junio del pasado año.
Detrás de esa medalla está, por un lado, la asociación Europa Laica, que al igual que ha hecho en otros lugares de España donde se han hecho reconocimientos similares ha impugnado este acto al considerar que va contra el reglamento de Honores y Distinciones del Ayuntamiento (al concederla a un objeto inanimado y no a una persona) y contra el carácter aconfesional del Estado (al entregarse a una imagen religiosa), rechazando además los méritos que se atribuyen a la Patrona como argumentos para recibir esa medalla (entre otros, su mediación en epidemias o en el maremoto de 1755).
Y por otro lado, detrás de la medalla está el convento de Santo Domingo, los padres dominicos y esos más de cinco mil gaditanos que apoyaron en su día la petición de esta distinción. Es en este punto de vista en el que la defensa (liderada ayer por el abogado gaditano Martín José García) ha volcado buena parte de su actuación, argumentando que la medalla de oro “se ha concedido realmente a los dominicos por ser sus custodios”. “Al igual que ocurrió en su día con las medallas de oro concedidas a la Joyería Gordillo, el Bar Andalucía o el Juan Sebastián Elcano, que aunque existió realmente en este caso es un objeto de madera y chapa, la medalla a la Patrona se da a lo que está detrás de Ella”, defendió García en la vista testifical celebrada ayer.
Detrás de la Patrona y de los méritos que se le atribuyen está también el beneficio de “fortalecer el ánimo de los gaditanos en los momentos de epidemias o de catástrofes naturales”, así como “mover el espíritu de caridad y de piedad”, cosas que Francisco Glicerio Conde aseguró que “está más que acreditado a lo largo de la historia” en el caso de la Virgen del Rosario y su relación con la ciudad de Cádiz.
Quiso igualmente probar el abogado defensor de los dominicos -en la vista de ayer no compareció letrado alguno de Europa Laica y compareció aunque no intervino el representante del Ayuntamiento- que el proceso de concesión de esta medalla fue “un acto discrecional, en ningún momento sometido a irregularidad, presión, coacción ni nada de eso”. Recordando además que todas las medallas antes concedidas a imágenes sagradas (como el Nazareno, Servitas, el Carmen o La Palma, entre otras) no se han recurrido, evidenciando que la medalla de oro que ostenta la Virgen del Rosario es la que más ha resonado dentro y fuera de la ciudad. El juzgado de lo Contencioso-Administrativo tendrá ahora la (pen)última palabra sobre su validez.