El alcalde de la localidad griega de Rafina cree que las víctimas pueden alcanzar o incluso superar el centenar. Por el momento los incendios de Grecia han segado la vida de 80 personas, entre ellas varias que trataron de refugiarse en el mar. Mientras los efectivos de Bomberos, Protección Civil y el Ejército tratan de extinguir las llamas del incendio, que se ha extendido rápidamente por Mati, ubicado en la costa este helena —y al este de Atenas—, el obispo Amvrosios de Kalavrita, en el Peloponeso, ha culpado al primer ministro y líder de la coalición de izquierda Syriza, Alexis Tsipras, del fuego que se ha extendido por el país. “El ateo del primer ministro Alexis Tsipras atrae la ira de Dios“, ha escrito el clérigo ortodoxo en su blog.
Tal y como ha recogido el diario heleno ‘Kathimerini‘, la culpa del “desastre generalizado” que existe en medio de los incendios es de “los ateos de Syriza”. “Sus ateos atraen la ira de Dios”, ha repetido. Sus comentarios no han pasado desapercibidos en las redes sociales, donde han sido criticados duramente, también por parte de otros clérigos ortodoxos. De hecho, incluso el Arzobispado de Atenas ha emitido un comunicado en el que ha recordado que las palabras de Amvrosios “solo expresan su opinión personal” y no la del clero griego.
En este sentido, el padre Neofitos, un joven clérigo de Kalamata, también en el Peloponeso, no ha tardado en tratar de parar los pies al obispo de Kalavrita. “Respetamos a todo el mundo, especialmente a los mayores, sin embargo alguien tiene que decirle a este señor que por fin se calle, deje de provocar dolor y de escandalizar, tanto al mundo ortodoxo como al no ortodoxo”, ha escrito en su perfil de Facebook.
“Somos curas y nuestras palabras tienen que ser ambrosía y néctar para el alma de la gente, no tormentas y vinagre”, ha añadido. Entretanto, el opispo Anthimos de Alejandrópolis, en Tracia Occidental, se ha sumado a las críticas y ha escrito un artículo dirigido a Amvrosios en el que lo critica por haber elegido el “discurso del odio, la responsabilidad directa y la conexión de cosas inconexas” en un momento que debería estar centrado en la “solidaridad”. “Elegiste el camino de la división y de la generalización del miedo. Hablas de un Dios enfadado, que castiga a la gente, supuestamente por ‘ateísmo’ y no por la hipocresía”, escribe el obispo.
El obispo ha recordado que “en la Iglesia de Cristo todos son responsables de sus acciones, que no son transferibles ni asignables” y que “el nihilismo y el castigo son realidades que surgen de la libertad del hombre, y que lo vuelven contra sí mismo”. “Lo siento, pero ese primer ministro ‘ateo’ habla con más humanidad y docilidad evangélica por el dolor de los incendios que usted”, ha apuntado. “Él se ha referido a nuestra gente herida con solidaridad y unidad, mientras usted predica el odio, el anticristianismo y la falta de humanidad“. “¡Ya basta!”, concluye.
No es su primera polémica
Las palabras de Amvrosios sobre los incendios han sido polémicas, pero ésta no es su primera controversia. En 2016, en plena crisis de los refugiados en Europa, el clérigo aseguró que los inmigrantes estaban “siendo enviados a Grecia con el objetivo de cambiar la identidad religiosa y nacional” del país, para que pasara de ser un país de cristianos ortodoxos a un “estado de inmigrantes musulmanes”. Según el obispo, la televisión estatal griega estaba contribuyendo “a la invasión pacífica” de Grecia. “¿Cuál es el significado de la retransmisión de noticias en árabe? ¿Puede cada inmigrante tener una televisión o tener la oportunidad de ver programas en el canal estatal griego? ¿Y quién le ha preguntado a los ciudadanos griegos quién paga los impuestos para la televisión estatal?”, preguntaba. Desde la página web Orhodox Christian expresaron su indignación hacia lo que consideron un “crimen contra la nación” y apoyaron las palabras de Amvrosios, señalando que la retransmisión de programas en árabe o dirigidos a población árabe supone “‘a priori’ el reconocimiento de los inmigrantes como residentes legales” de Grecia.
Un año antes, en pleno debate sobre la redacción de una ley acerca de los matrimonios entre personas del mismo sexo, el obispo de Kalavrita pidió a sus fieles no solo que se opusieran al reconocimiento de este tipo de relaciones, sino que les “escupieran”, los “desprecieran” y votaran en su contra. “No son humanos. Son monstruos de la naturaleza; mental y espiritualmente enfermos. No lo dudéis, cuando los veáis escupidles. No les permitáis vivir en paz. ¡Son peligrosos!”, añadió.