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Claudia Piñeiro sobre la campaña «anti aborto» para censurarla en Argentina: «Es un método fascista para asustar»

Si este fuese uno de los reportajes habituales que Claudia Piñeiro suele conceder, comenzaríamos diciendo que esta semana se estrenó en España la versión cinematográfica de su novela Las grietas de Jara, hablaríamos del panorama literario nacional, de su nuevo libro de cuentos. Pero la última visita de la popular escritora a los estudios de Infobae se produce en medio de circunstancias inusuales, en una semana en la que, debido a su rol como una de la más visibles defensoras de la campaña por la legalización del aborto, militantes «pro vida» promovieron un boicot a una entrevista pública que realizará en la Fundación OSDE, un intento de censura que provocó que distintas organizaciones  y personalidades de la cultura (incluyendo el propio ministro Pablo Avelluto) expresaran su solidaridad y salieran en defensa de la autora. A continuación, el diálogo con Piñeiro sobre este grave episodio, la ofensiva de la Iglesia para evitar que la ley sea aprobada, y qué piensa sucederá en el Senado.

–Vamos directo a los hechos de esta semana. Circuló por WhatsApp una convocatoria para boicotear tu entrevista a Leonardo Padura y manifestarse en la puerta de la Fundación OSDE. 

–Están llamando a la violencia. Creo que hasta se podría denunciar. No lo vamos a hacer, pero se podría denunciar por incitación a la violencia.

–Pero podrían ingresar, la actividad es de ingreso libre.

–Eso no va a pasar. La ley se aprueba el 8 de agosto y esto está planificado para el 23. Esto está pensado para asustar. Es el método del fascismo y para provocar que otra persona que está en la misma situación que vos diga: «Mirá lo que le pasó a Claudia, mejor no hagamos esto». Es un método para asustar, para callar, es un método del fascismo. Y quiero desgranar algunas cosas. Esta es una charla en la que ni siquiera tengo que hablar. Tengo que preguntarle a Padura sobre su novela. A mí no me dan un espacio, es un trabajo, en este trabajo le voy a hacer preguntas a Padura. Segundo, Padura es de un país en el que el aborto es legal desde hace muchísimos años y donde el plazo es muchísimo mayor. Tercero: hay una manipulación porque se hace en Fundación Osde. Ayer fui a dar una charla a Radio Nacional donde dije lo que pensaba, en esta charla no, voy a preguntarle a Padura sobre su libro.

Otra cosa. Yo tuve tres hijos, yo sé lo que es un embarazo, sé cómo es un feto a las doce semanas, no nos mientan con ese muñequito, cuando fue el médico con la extracción del feto que después muchos periodistas prestigiosos repiten se hizo seguramente en un embarazo mucho más avanzado, quizás porque corría riesgo la vida de la madre. ¿Mienten, no se informan? Yo creo que está en la base de algo muy atávico que es la religión y los prejuicios sobre la sexualidad. Cuando el otro día Michetti dijo que tampoco estaba en contra de un aborto en caso de violación, reconozco su honestidad. Los que van ahora al Senado no nombran a la violación porque cuando lo hacen, hacen agua. Se castiga que la mujer haya querido tener sexo y lo que se castiga es eso.

–Veo que tenés en tu muñeca el pañuelo verde de la campaña por la legalización del aborto seguro y gratuito, de la que te convertiste en una de las caras visibles desde la inauguración de la Feria del Libro. ¿Qué pasó desde ese momento a hoy? Parecía que había un consenso sobre la ley y que los sectores contrarios, que se definen como los de «las dos vidas», estaban en retraimiento…

–Básicamente, un actor que no estaba en la primera parte del debate y que ahora está, la Iglesia, está usando todas sus armas… En esta primera media sanción alguien le informó a la Iglesia que la media sanción no salía, pero salió, entonces ahora debe tomar un rol activo y lo hace yendo a hablar con funcionarios, en los Te Deums, en las homilías, cada vez que la jerarquía donde puede haber funcionarios tienen una posición muy activa. Hay un trabajo de hormiga  que se realiza en los colegios católicos y en las misas. En las misas, si sos católico, te podés ir después de la bendición y después vienen los anuncios parroquiales. Ahora los avisos parroquiales que tienen que ver con el aborto se dan antes de la bendición, entonces vos católico te tenés que quedar ahí escuchando esos avisos parroquiales. La Iglesia tiene que ser muy responsable sobre la manera en la que habla, porque tiene mucha influencia sobre sus fieles. Si le hablás a un montón de gente sobre asesinos de bebés y que hay un genocidio comparable con el nazismo, le estás dando una arenga para que hagan lo que sea. Con esas arengas, personas vehementes pueden tomar actitudes como chicas agredidas, violentadas, ahora hay un pedido en La Pampa para que Florencia de la V no realice su espectáculo. Esta semana fue público el llamado al boicot a una actividad que realizaré en la Fundación OSDE y que es parte de mi sustento. Que estos fieles puedan que el llamado a «defender las dos vidas» implica pedir que te saquen de un trabajo, te agredan por la calle o te insulten se está yendo de las manos. Creo que la responsable es la Iglesia. Cuando hablé del aborto, que también llamé a la paz social. Tienen discursos violentos.

–Tampoco se le puede pedir a la Iglesia que no piense que se está asesinando una vida.

–No pido que la Iglesia no defienda eso y que un católico no piense eso, pero están las católicas por el derecho a abortar. Hasta el siglo XIX no era un problema para la Iglesia el aborto. Muchos curas perdonan en la confesión a quien abortó a sus fieles. Pero los demás no tenemos que seguir los preceptos de la Iglesia. Y nos dicen «asesinos» y que hay que parar a toda costa a la gente que asesina. La Iglesia puede decir que está mal y que sus fieles van a ir al infierno si abortan. A los demás no nos tienen que decir eso y menos que menos decirles a sus fieles que nos detengan cueste lo que cueste.

Vidal junto a un militante “pro vida” sosteniendo el pañuelo celeste que los identifica (Instagram)

Vidal junto a un militante “pro vida” sosteniendo el pañuelo celeste que los identifica (Instagram)

–Estos últimos días luego del Te Deum la gobernadora María Eugenia Vidal se puso el pañuelo de las dos vidas y Horacio Rodríguez Larreta hizo un guiño a la Iglesia durante una misa. ¿Qué pensás de esto?

–Primero, que tenemos un Estado laico. La influencia sobre el Estado va en contra de la Constitución. Lamentablemente, sostenemos la Iglesia Católica y muchos creemos que cada quien debería decidir si quiere sostener una religión, pero es otra discusión. Sobre los gestos que mencionaste, son dinámicos, no estáticos. Sabemos que Vidal está en contra de la ley, lo dijo públicamente, pero sus asesores dijeron que esa foto se la sacó porque un pibe apareció con el pañuelo y se sacó la foto. Muchos de nosotros le hemos pedido reuniones a Vidal como una de las referentes más importantes de este gobierno, que más proyección tiene en el gobierno, para decirle y que nos escuche. Si no da estas reuniones, quedará la foto del pañuelo. Pero pensamos que tal vez nos reciba, habiendo dialogado. Con respecto a Larreta, a mí me parece grave. Él puede consagrar su persona al Sagrado  Corazón pero no a la ciudad que más a favor está del aborto. Me parece que está mal, ha sido presionado. Ahí me molesta mucho la actitud de la Iglesia, con estas cosas están haciendo daño. Le han hecho un daño a Larreta. Vemos estos gestos evidentes pero se ve menos a los senadores cuando vuelven de sus provincias, de lo que pasó con sus párrocos, sus obispos. Tienen programas de radio, de televisión, arengan a la población.

–En el caso de Aída Ayala ella dice: «Yo he recibido de parte de la Iglesia maldiciones. No importa lo que me hagan a mí, sino que también lo viví con mis hijas. El cura me excomulgó». Ella había votado a favor y dice que si volviera a la Cámara Baja no votaría del mismo modo.

–Ella no dice que la Iglesia la convenció, sino que dice que la apretó. Es como si fuera la mafia: usted me da esto o yo le rompo el boliche. Es de una gravedad que no entiendo cómo el Estado no interviene en esta situación.

–O el párroco que dice: «Sabemos quiénes son los del pañuelo verde», es señalativo.

–El cura que maneja el colegio ese del desfile dice que los chicos lo hicieron de motu propio. Es imposible que quien piensa en contra salga a la calle con el pañuelo verde con semejantes personajes. No hay libertad de pensamiento.

–El padre Pepe dice que esto es una cuestión de mujeres pequeñoburgueses e ilustradas y que a las mujeres de los barrios esto no les interesa.

–Tengo respeto por el padre Pepe, pero si él quiere decirnos burguesas, quiero decir que también tenemos derecho a abortar en la legalidad, porque la ilegalidad también nos mata a nosotras. Las burguesas tenemos derecho al aborto legal, seguro y gratuito pero las mujeres de los sectores populares también tienen ese derecho. Yo le he prestado dinero a chicas de muy bajos recursos y que no tenían dinero y ante la disyuntiva de clavarse una aguja o hacerse un aborto, les presté el dinero para esto último. Está lleno de mujeres de bajos recursos que se han hecho abortos, que han muerto, me ofende que me quieran excluir por no ser de bajos recursos, pero las que más mueren son las mujeres de bajos recursos.

–Estos días se realizó en Avellaneda un aborto no punible con una nena de doce años y se desmintió que al realizarlo volvería a la casa para seguir la relación con su violador, ya que el violador fue detenido.

–Pero además si sigue con el embarazo, también va a seguir con el violador. Se dicen cosas para confundir. Si la chica o su madre van a pedir la interrupción del embarazo, hay más posibilidades de que intervenga la Justicia. Otra cosa es que muchas veces las mujeres que se hacen un aborto no lo dicen a nadie, se pasan un teléfono y lo hacen sin decirle a nadie. Cuando la ley esté vigente, va a haber una consejería, entonces la mujer que decida hacerlo, va a conversar sobre su situación y quizás se arrepienta. Hoy eso no sucede porque vas y lo hacés y volvés para tu casa. Se va a ir con la información para que no le vuelva a pasar, y eso es muy importante. Te vas a ir con anticonceptivos, con información. Las ventajas para salvar esa otra vida son más amplias si se aprueba la ley que ellas no quieren que se apruebe.

–En uno de los cuentos de su libro que saldrá en septiembre habla sobre el aborto.

–»Basura para las gallinas», sí.

Una manifestante exhibe un cartel tras la media sanción a la legalización del aborto en Diputados (Foto: Adrián Escandar)

Una manifestante exhibe un cartel tras la media sanción a la legalización del aborto en Diputados (Foto: Adrián Escandar)

–Ahí hay una situación de aborto muy dramática, muy tremenda, que es la que se puede vivir hoy sin la legalización del aborto.

–Hoy se vive de acuerdo a las posibilidades económicas. Si tenés dinero, vas a una clínica y lo hacés con las mejores medidas de salud. Tomás el misoprostol, tenés el sangrado vas y te atendés en una clínica. Igual implica legalidad y hay que introducirlas en la legalidad. Si no tenés dinero, las cosas son diferentes. Las mujeres se clavan agujas de tejer, perchas, antes estaba la rama de perejil. En este cuento es con una aguja de tejer. Nunca se dice que es un aborto, pero claramente es un aborto. Hay un cuento magistral que se llama «Colinas como elefantes blancos» y no se dice nunca pero están decidiendo si se van a realizar un aborto en un tren.

–Las redes sociales usan el trolling, el hostigamiento. Vos sos una usuaria con tus opiniones sobre literatura, política o cosas divertidas como cualquier cuenta de Twitter.

–Lo ve más gente que yo. A veces mis hijos me dicen: «Mirá lo que te pusieron». Lo que hizo este señor que inició el boicot no lo había visto, me avisó la gente de OSDE. También lo hizo Planeta y Tusquets. También se comunicaron con Padura y no entendía por qué con todos los problemas que tiene la Argentina me llaman por una cuestión del aborto.

–Además la novela de Padura tiene una virgen que recorre el tiempo, hay muchos gays, deberían boicotear la presentación por esa novela.

–No han leído la novela y deberían hacerlo, porque es muy buena. El objetivo era callarme y callar a otras personas en las mismas circunstancias. El otro día hablaba con Adriana Amado, que me decía que no hay que contestarles. A mí me sale la gallegada y, si me dicen «asesina abortera», contesto.

–Tu hija tiene 19 años y está a favor de la legalización.

–Mis hijos también.

–Pareciera que la juventud está mayoritariamente a favor.

–La juventud no comprende que estemos discutiendo tanto. La mayoría nace con este dato instalado. Lo que pasó en las calles cuando se aprobó era impresionante, centenares de miles de jóvenes festejando un derecho, no un asesinato. A veces los argumentos contra la legalización son de tal perversión… Un jurista decía que una mujer embarazada cuyo marido muere podría matar al embrión para ser la única heredera. Y vos decís: «wow».

–Por último. ¿Tenés un pronóstico sobre lo que pasa en el Senado?

–La ley se va a aprobar. Tal vez deba volver a la Cámara Baja por alguna modificación, pero la ley se tiene que aprobar, porque de no aprobarse se dejaría que las cosas sigan como están, que sigan muriendo mujeres en la Argentina. Seguramente siga habiendo mujeres con graves problemas post aborto que probablemente no les permitan posteriores alumbramientos. Algunos dicen que el peronismo no tienen nada que ver con el aborto y sería bueno que lean a Tomás Eloy Martínez sobre el aborto cruentísimo que tuvo Evita y luego le produjo grandes problemas en su aparato ginecológico. Todo eso va a seguir. La diferencia es que hasta ahora no había responsabilidades. Esta responsabilidad no se diluye más: si no se aprueba la ley, será responsabilidad de todos los que hicieron todo para que la ley no salga. Los senadores van a tener sobre sus hombros la responsabilidad de haber hecho algo tan contrario contra la salud pública.

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