La localidad de Cangas de Onís celebró en la mañana de ayer el día grande en honor a San Antonio de Padua, el patrón de la ciudad. Entre nubes y claros, aunque con temperatura agradable, los cangueses dieron vida a un completo programa de actos que incluía misa, procesión, subasta de los panes del ramo, festival folclórico, quema del Xigante y comidas campestres a la benéfica sombra de robles centenarios.
A mediodía daba comienzo la eucaristía, oficiada por los sacerdotes José Manuel Fueyo y Luis Álvarez y acompañada por las cuarenta voces del coro Peñasanta que, bajo la batuta de Jesús Gómez Pellico, interpretaba la Misa Pontifical de Lorenzo Perosi. Las tres naves del templo se encontraban abarrotadas por centenares de devotos del santo.
Una hora más tarde lucía el sol y la plaza de la Iglesia había pasado a convertirse en un hervidero humano para dar comienzo a la procesión.
El alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González, y una amplia representación de las fuerzas vivas locales cerraban el cortejo.