Al menos tres personas murieron hoy y ocho resultaron heridas en un ataque suicida a una mezquita cuando se realizaba el rezo en un campo de desplazados de la localidad de Dikwa, en el noreste de Nigeria, según confirmaron a Efe fuentes del servicio de emergencias.
El ataque tuvo lugar esta mañana en el estado de Borno cuando un hombre se hizo explotar en una mezquita a cielo abierto, el mismo día que comienza oficialmente el ramadán en casi todo el mundo islámico y también en Nigeria, donde en torno a la mitad de la población es musulmana.
Tres fieles que estaban rezando y el atacante murieron en el incidente, según dijo a Efe el coordinador en la región de la Agencia Nacional de Gestión Emergencias (NEMA, en inglés), Bashir Garga.
Dikwa, la localidad atacada, se encuentra a unos cien kilómetros de Maiduguri, el principal núcleo urbano de Borno, y alberga un campo con 70.000 desplazados internos, según el periódico The Punch.
La región de Borno es el principal área de actuación del grupo yihadista Boko Haram, que realiza ataques suicidas y secuestros que han acabado con centenares de vidas.
El Ejército nigeriano, junto a la fuerza conjunta de Camerún, Níger y Chad, dijo que va a lanzar una ofensiva en el área para acabar con la insurgencia en la zona.
Este martes el grupo yihadista perpetró un ataque a la ciudad de Konduga, también en Borno, contra un puesto de control de este ejército conjunto, la Fuerza Civil de Acción Conjunta (JTF Civil, sus siglas en inglés), que mató a cinco personas.
Boko Haram, que en lengua local significa «la educación no islámica es pecado», lucha por imponer un Estado de corte islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.
Pese a que el Gobierno nigeriano afirma haber derrotado a los yihadistas, estos continúan con ataques esporádicos especialmente en el estado de Borno, donde el grupo inició su campaña hace nueve años.
Aunque las tropas nigerianas lograron recuperar extensos territorios antes ocupados por los yihadistas, Boko Haram cambió sus tácticas para centrarse en ataques a puntos débiles como mercados, mezquitas, iglesias y escuelas, empleando sobre todo a mujeres adolescentes como suicidas.
Se calcula que más de 20.000 personas han muerto desde 2009 debido a este conflicto y que hay alrededor de dos millones de desplazados.